lunes, 28 de julio de 2014

No lo imaginé.

La luna iluminaba el camino aunque era noche cerrada, y Kelly se fue guiando por el sendero que llevaba al lago, algo poderoso la atraía irremediablemente hacia la orilla, era como si una voz en su interior la llamase, le pidiese que fuese esa noche y no otra al lugar donde había empezado todo, quizás fuese porque hoy se cumplía el primer aniversario de la desaparición de su hermana gemela Enma, justo el día que ambas cumplían dieciocho años decidieron hacer una fiesta de cumpleaños en el lago y aquella fatídica noche ella desapareció para siempre.
La buscaron durante días en el lago pensando que se había podido ahogar pero la búsqueda fue infructuosa, después empezaron a rastrear los parajes cercanos y terminaron por peinar todas las poblaciones cercanas al tranquilo pueblo donde vivían pero todos los esfuerzos no sirvieron para aclarar nada.
Su vida y la de su familia cambió aquella noche y no volvió a ser la misma, su madre se pasaba los días vagando por la casa como un alma en pena, dejó su trabajo y pasaba muchos días encerrada en su habitación sin querer salir, su padre se refugió en el trabajo y casi nunca estaba en casa, y su hermana mayor se dedicaba a salir a diario con un grupo de amigos nada recomendables. La única que parecía mantener la calma e intentaba que todos estuviéramos unidos y no perdiéramos la esperanza era la tía Brenda, la hermana pequeña de mamá, tenía una pequeña librería en el pueblo y se había hecho cargo de la casa de su hermana y de su familia desde que ocurrió la desgracia.
Llegó a la orilla y sintió que no estaba sola, alguien parecía espiarla desde unos árboles, se volvió y lo que vio la dejó helada, la imagen de su hermana se dirigía hacia a ella con los brazos abiertos mientras le decía:
-No me dejes, ¿porqué me has dejado durante tanto tiempo?, necesito que vengas conmigo.
Pero antes debes vengarme, encuentra a quien me hizo esto y dale su castigo, yo te esperaré hasta entonces. Enma se alejó como había llegado y Kelly comenzó a tener un ataque de ansiedad, empezó a faltarle el aire, le dolía el pecho y por un momento pensó que iba a morir, cuando despertó se encontró en su casa, estaba en su cama y supo que todo había sido una pesadilla, nunca se había movido de allí.
Se levantó sobresaltada por el sueño, se asomó a la ventana para aspirar un poco de aire y entonces la vio, era la misma imagen que había visto en su sueño, era su hermana que le decía adiós con la mano.
Empezó a gritar y los gritos desgarraron el silencio que invadía la noche, no lograba recordar nada más sólo que despertó en una habitación de hospital y que se encontraba aturdida, en su  cabeza se mezclaban marañas de  pensamientos que no la dejaban pensar con claridad, volvió la cabeza y observó como su madre dormía en el sillón.
-Mamá ¿qué me ha pasado, que hago aquí?
Su madre se despertó y levantándose rápidamente se puso a su lado y le contestó:
-No te preocupes amor, ha sido un año muy duro para todos, has tenido un ataque de ansiedad, pero según el médico no es nada importante, pronto te encontrarás bien, ahora descansa.
Cerró los ojos de nuevo y sintió su cuerpo liviano como si levitase, al rato se quedó dormida
Se encontró con ella de nuevo en una caballa que le resultaba familiar, estaba sentada en una mecedora en el porche mirando hacia el lago mientras atardecía, se sentó a su lado y y bebió limonada , se encontraba tan a gusto con su hermana que no quiso preguntarle nada para no romper la magia, pero fue Enma quien rompió el mágico silencio y le preguntó:
-¿cómo te encuentras, estás mejor?
-No pretendía que te asustaras el otro día, pero necesito poder descansar de una vez, y mientras no se sepa toda la verdad eso no será posible, sólo te pido que estés atenta y yo te iré mostrando las claves para que puedas dar con mi asesino y para mantenerte a salvo de ese depredador.
Esta vez se despertó tranquila, con la convicción de que más que un sueño era una premonición un contacto con su hermana gemela que la ayudaría a descubrir lo ocurrido con ella.
Aparcó el miedo y decidió que se tomaría las cosas con más calma, durante la tarde el médico la visitó y le comunicó que debería estar unos días en observación, pero que pronto se marcharía a casa.
Al lunes siguiente su tía Brenda la recogió y mientras conducía en dirección a su casa, conversaron sobre lo ocurrido.
-Tía Brenda, ¿puedo hacerte una pregunta sobre lo ocurrido con mi hermana?
Claro cariño, aunque no se si será bueno para ti remover el pasado.
Dime, ¿que deseas saber?
Cuando desapareció ¿recuerdas quién llevó su caso?
Sí fue un amigo de tu padre, el inspector Martinelli, un buen hombre, dedicó muchos meses a su búsqueda, se lo tomó como un reto personal, pero al final no consiguió nada.
¿Crees que podría hablar con él?
Supongo que no te pondrá ningún inconveniente y si así consigues quedarte más tranquila, no pierdes nada por intentarlo, pero Kelly tómate las cosas con calma sobre todo por tu madre, no sabes lo preocupada que ha estado por ti.
De acuerdo tía así lo haré.
El miércoles consiguió convencer a su madre y pudo salir de casa, le pidió a su hermana que la acompañara pero esta ya tenía planes y al final  decidió ir sola.
Estaba ante la puerta de la oficina del sheriff cuando un joven agente se le cayó encima.
-Perdone, no la había visto señorita, ¿puedo ayudarla en algo?
-Si, estaba buscando al inspector Martinelli, ¿sabe si se encuentra en su oficina?
-Siento comunicárselo pero el inspector perdió la vida hace un mes en un accidente de tráfico.
-No puede ser, necesitaba hablar con él para que me explicara algunas cosas sobre el caso de  mi hermana, ¿sabe quien se ocupa ahora de sus casos?
-Pues ha tenido suerte, yo soy el encargado de seguir con los casos que quedaron pendientes, ¿cómo se llama su hermana?
-Enma, Enma Zhoster, ¿lo recuerda?
- Sí claro, pero pasemos a mí despacho y hablaremos más tranquilos.
Pasada una hora y dos cafés Kelly salió de allí con la convicción de que el caso de su hermana no se había tratado con toda la seriedad que merecía, aunque parecía que el agente con el que acababa de hablar estaba dispuesto a volver a examinar las pruebas y los indicios para lograr encontrar un hilo del que tirar.
De todas formas supo que se había investigado a todos los asistentes a la fiesta de cumpleaños, a los amigos y a la familia, pero nadie pudo aportar nada y nadie fue considerado sospechoso.
Volvía a encontrarse en un camino sin salida, pero mientras se dirigía a casa una sospecha le hizo plantearse donde se encontraba la cabaña con la que había soñado, existiría de verdad o sólo en su imaginación, decidió que se lo preguntaría a su padre en cuanto llegara del trabajo.
Se sentó delante de la chimenea y preparó un té para su madre y para ella, cuando estaban tomándolo oyeron el coche de Joe, su padre acababa de llegar.
-Hola cariño, ¿como te encuentras hoy?
¿Y tu día Jana?
Bien no nos podemos quejar y ¿el tuyo papá?
Mucho trabajo, pero supongo que eso es bueno ¿no?.
Siéntate te prepararé una copa.
-Gracias hija.
Oye papá quería preguntarte algo, ¿nosotros hemos tenido alguna vez una cabaña cerca de un lago o un río donde fuéramos a veranear?
Sí Kelly,¿no lo recuerdas?, la cabaña del abuelo Tom, pero hace muchos años que no vamos, desde que murió el, lo cierto es que estará abandonada, pero ¿porqué lo preguntas?
Había pensado que sería bueno irme unos días y he pensado que sería un buen lugar para descansar y relajarme, he pensado decirle a la tía Brenda que me acompañe, ¿qué os parece?
Podéis ir pero siempre prometiéndome que si la cabaña está muy deteriorada buscaréis un motel y os quedaréis allí, ¿de acuerdo?
De acuerdo papa, te lo prometo.
Habló con Brenda y decidieron que se irían el fin de semana.
El sábado amaneció un día despejado, el sol estaba ya en todo lo alto cuando salieron en dirección a la cabaña, llegaron cerca de mediodía después de parar para comprar provisiones en una tienda cercana al lago.
El aspecto de la cabaña era desalentador, pero cuando abrieron la puerta descubrieron que el interior estaba limpio y cuidado, como si alguien se hubiera encargado de su mantenimiento durante todo este tiempo.
Dejaron las compras en la cocina y sacaron las maletas del coche.
Se abrieron un par de refrescos y se sentaron en el porche a disfrutar de las vistas mientras se los bebían, al cabo de un rato entraron para preparar una ensalada y unos filetes para comer.
Kelly dispuso los dormitorios donde dormirían y mas tarde salieron a dar un paseo hasta el pueblo y a tomar un café en una de sus cafeterías.
Entraron en el local y al momento se volvieron el centro de atención de todas las miradas, de todas las personas que estaban allí. Ocuparon una de las mesas cerca de la ventana y al momento se acercó una camarera rubia dicharachera y con ganas de entablar conversación.
-¿que desean?
Dos cafés y unas tortitas con mucha nata, por favor.
De acuerdo ahora mismo se los traigo.
Volvió con el pedido y mirando a Kelly le preguntó:
Perdone señorita, pero ¿usted no es la primera vez que viene por aquí verdad?, aunque hace mucho tiempo que no la veía.
Kelly decidió seguirle el juego y le respondió:
Es cierto hace que no vengo ha sido un año complicado y no he tenido mucho tiempo libre, pero bueno ya estoy aquí dispuesta a disfrutar del paisaje y de la gente acogedora de este lugar.
Y su novio, ¿no viene con usted?
No aquello se terminó.
-Lo siento señorita lo cierto es que se les veía muy enamorados a pesar de la diferencia de edad, pero bueno supongo que habrá sido mejor así. No hace tanto que Paul estuvo aquí, le encontré muy desmejorado pero cuando le pregunté por usted me dijo que tardaría un tiempo en venir, pero no me contó nada más, sólo que seguía pintando y que había alquilado un apartamento en el pueblo para poder tener la tranquilidad suficiente para poder acabar los cuadros para su exposición, me extrañó que no se quedara en la cabaña, pero me dijo que pertenecía a su familia y que no quería abusar de su confianza usándola sin estar usted.
Gracias por la información Rosse, se fijo en la identificación  con su nombre que prendía de su delantal para hacer ver que la conocía, y miró a su tía sin entender nada.
Salieron de allí y cuando estuvieron en el coche comentaron que era muy raro que Enma hubiera estado allí y con un hombre pero que a la mañana siguiente lo buscarían e intentarían averiguar cuando y porqué habían estado juntos y como se habían conocido.
Llegaron a la cabaña cuando anochecía y al entrar descubrieron que alguien había introducido un sobre por debajo de la puerta, Kelly lo abrió y encontró una nota en la que ponía :
-Deja las cosas como están o te arrepentirás.
Sintió que un escalofrío le recorría la espalda y le tendió el sobre a Brenda para que lo leyera.
-Kelly esto no me gusta deberíamos dar parte a la policía y marcharnos de aquí lo antes posible, creo que podríamos estar en peligro.
Es muy tarde, vamos a dormir y mañana cuando nos levantemos buscaremos a Paul a ver que tiene que contarnos y después decidiremos que hacer.
Esta bien, pero si la cosa se pone fea nos iremos de inmediato, me siento responsable de lo que pueda ocurrirte, y no estoy dispuesta a dejar que te pongas en peligro ¿entendido?
De acuerdo Brenda, ahora vayámonos a dormir.
Kelly se despertó temprano, preparó café, y al olor de los huevos revueltos Brenda entró en la cocina.
-¡Qué bien huele cariño!
Pues siéntate y desayuna que hoy nos espera un día muy largo.
Terminaron de desayunar y salieron en la camioneta a buscar el apartamento donde vivía Paul, aún no sabían muy bien a quien iban a enfrentarse ni tan siquiera como iba a reaccionar al ver a dos desconocidas haciendole preguntas sobre Enma.
Llegaron a la dirección que le facilitó el día anterior Rosse la camarera del restaurante y después de llamar un par de veces a la puerta, apareció en el umbral, un hombre atractivo, alto de pelo algo canoso, y gafas, que mirándo fijamente a Kelly le dijo:
-Enma, ¿que haces aquí? ¿porqué has vuelto? Creí que te quedó claro que lo nuestro no podía ser.
Kelly reprimió las lágrimas e intentó sacar de su error a Paul.
-Perdone señor, pero se está confundiendo, no soy Enma, soy su hermana gemela, ella desapareció hace algo más de un año, y no hemos vuelto a saber nada de ella, ¿podría contarnos de que se conocían?. Por cierto ella es Brenda nuestra tía.
Tras la sorpresa inicial, Paul las hizo pasar al comedor y les ofreció un café.
Una vez allí  les explicó que conoció a Enma hace un par de años, cuando impartió clases de pintura un verano.
Era muy creativa, vivaz y se terminó encariñando con ella, pero cuando ella quiso que su relación fuera a mas, el decidió que no estaba preparado para salir con una adolescente y afrontar todos los problemas que eso conllevaba.
Era una chica encantadora, pero según pudo descubrir con muchos demonios interiores que no la dejaban ser feliz del todo.
Le contó que había tenido una infancia feliz, pero que a los nueve o diez años había pasado por una experiencia que la marcó para siempre, nunca se lo contó a nadie, y eso la atormentaba. Pero por mucho que quise saber de qué se trataba no lo logré se cerró en banda y me resultó imposible averiguarlo, pero lo que fuera la hacía sufrir y mucho, por eso cuando a veces se presentaba en la cabaña muchos días me quedaba con ella, consolándola, aparecía hundida, lloraba sin parar y por mucho que le aconsejé que lo hablara con su familia, su respuesta fue siempre la misma,  que eso era imposible ellos no lo entenderían y la culparían  de todo, y eso no podría soportarlo.
Salieron de allí con la convicción de que Paul no sabía lo ocurrido con su hermana, pero si no fue él ,¿ quien habría mandado la nota?
Le preguntaron si Enma se relacionaba con algún otro chico el tiempo que pasaba allí, pero él no supo darles más información, luego recordó un día en el que ella estaba especialmente nerviosa, un hombre la llamó y le dijo que luego pasaría a verla, que hacía mucho que no se veían y eso no era bueno para ninguno de los dos.
Después de aquello ella se quedó en silencio, como si no supiera reaccionar y cuando le pregunté quien era, me dijo que un viejo amigo de la familia, pero que no le iba a ser posible verlo, ni ahora ni nunca, y se marchó dejándome preocupado.
Decidieron comer en el restaurante de Rosse y estado allí desde el ventanal vieron un coche que les pareció familiar, parecía el coche del tío David, ¿pero que haría allí?
Terminaron y decidieron dar un paseo hasta la cabaña, dejaron el coche en el pueblo y volvieron andando, cuando llegaron se encontraron el coche de David.
- Salio a buscarlas y les dijo:
-¿qué hacéis aquí vosotras? nadie me dijo nada.
Supongo que mi padre no lo habrá considerado necesario al fin y al cabo la cabaña era del abuelo, y el abuelo era vuestro padre ¿no?
-Sí claro, perdonad, es que como nunca me encuentro con nadie, a veces recuerdo que no es mía, pero bueno ¿que os ha traído por aquí?
Pues lo cierto es que nos hacía falta unos días de tranquilidad y pensamos que este sería un lugar perfecto ¿no crees?
-Desde luego yo vengo algunas veces para estar tranquilo cuando el trabajo y la tía me agobian mucho.
-¿y no coincidiste nunca con mi hermana?
No que yo recuerde, aunque a lo mejor alguna vez, no sé hace mucho de eso, nos solíamos ver cuando eráis unas niñas y veníais a veranear con el abuelo, eso si lo recuerdo, como nos divertíamos bañándonos en el lago y la risa contagiosa de tu hermana que lo iluminaba todo, que pena que todo haya terminado así, con lo felices que éramos.
-Sí una pena, pero lo cierto es aún no sabemos nada seguro de lo que le pasó a mi hermana, o ¿tú tienes alguna información tío?
Nada querida sobrina nada que no sepáis todos.
-Bueno me marcho he quedado para una cena de negocios en el pueblo de al lado y luego volveré a casa, tengo ganas de ver a los niños. Me alegro de haberos visto, que disfrutéis de estos días.
Entraron en la cabaña en silencio, y después de un rato prepararon la cena y se fueron a dormir temprano, el encuentro con David, las había sorprendido pero no tenían ganas de hablar del tema.
Sobre las dos de la mañana Kelly oyó un ruido y se asomó a la ventana, y allí al lado del embarcadero, en un pequeño cobertizo donde el abuelo guardaba los aparejos de pesca y una pequeña barca volvió a ver el reflejo de su hermana que la llamaba en la distancia.
Se puso las zapatillas, una chaqueta y bajó corriendo hacia donde la había visto, cuando llegó no había nadie, sólo una cinta de color naranja como de una bolsa o algo parecido, venció el miedo y entró en el cobertizo encendió la luz y se sentó en un pequeño banco de madera, sintió en frío de la noche, así como los recuerdos felices que habían compartido durante tantos veranos, el sol, el agua, los paseos por la montaña, fue entonces cuando vino a su mente el escondite que tenían cuando eran pequeñas, era una especie de vieja bolsa impermeable que el abuelo había desechado y que se la había dado para jugar, en ella guardaban cómic, alguna foto y sus diarios, ¿cómo había podido olvidarlo?.
Ella dejó de escribir cuando dejaron de ir a veranear allí, pero quizás su hermana siguió escribiendo en él.
Necesitaba encontrarlo ya. Rebuscó en el cobertizo hasta que dio con la vieja bolsa naranja, la abrió y dentro encontró lo que buscaba, el diario de su hermana Enma, lo cogió con mimo como si tuviera miedo a que se rompiera y volvió con él a la cabaña.
Despertó a Brenda y le habló de su hallazgo.
-No te ilusiones demasiado Kelly puede que no tenga nada.
-ya lo sé pero el solo hecho de que sean sus palabras me hace sentirme más unida a ella, ¿lo entiendes?
-Claro cariño.
Empezó a leer en voz alta, las primeras páginas eran el relato de las chiquilladas y bromas de una niña de unos siete u ocho años, sus peleas con su hermana gemela, su pasión por los animales, pero pronto el relato se volvió mas sombrío,empezó a redactar la angustia que le provocaba el que el tio David estuviera allí, y por fin contaba como su tío abusó de su hermana mayor y como cuando descubrió que Enma los sabía, empezó a amenazarla, y a explicarle que lo que pasaba entre él y Abigail era normal entre personas que se querían, que no había nada de malo en ello.
Enma aturdida relataba los episodios vividos con dolor pero sin entender muy bien lo que ocurría. Luego dejó de escribir durante algunos años, por lo menos cinco o seis, pero había vuelto hacerlo  el año anterior a su desaparición, en el diario explicaba como  su tío había conseguido volver a verla a solas una vez que se encontraba en la cabaña.
El acoso fue continuo, la llamaba y no la dejaba en paz, le decía que ya era una mujer que él la haría feliz, pero atenazada por el miedo decidió no contar nada ya que siempre le amenazó con buscar a Kelly y darle a ella lo que Enma rechazaba.
Las lágrimas caían sin parar por el rostro de Kelly y con voz temblorosa, le pasó el diario a Brenda porque se sentía incapaz de seguir leyendo.
Brenda lo cogió y prosiguió con el horror que había descrito su sobrina, así supo que al final se había enfrentado a él y lo había amenazado con contarlo todo a la policía sino la dejaba en paz, ya no le tenía miedo.
Eso fue lo último que escribió...
Ambas mujeres decidieron que debían comunicar de inmediato a la policía lo que habían descubierto.
En ese momento un David ebrio, abrió la puerta y gritando con una pistola en la mano, no paraba de repetir:
No pudiste dejarlo, tuviste que inmiscuirte e investigar, con lo fácil que hubiera resultado todo, pero no... y ahora me obligas a acabar el trabajo, tendré que mataros a vosotras también.
Coge las llaves del coche y subiros en él, las dos delante , y no hagáis ninguna tontería.
Se pusieron en marcha amenazadas por la pistola que  portaba su tío, y en un claro se salieron de la carretera y supieron lo que intentaba hacer David, quería despeñarlas con el coche para que pareciera un accidente, pero no se lo iban a poner tan fácil, o eso pensaba Kelly mientras Brenda la miraba asustada.
David perdona pero ya que vamos a morir, creo que deberíamos saber la verdad, ja,ja,ja eso es lo que quieres, que valiente Kelly como tu hermana parece que lo lleváis en los genes.
La noche de vuestro cumpleaños, fui a buscarla, me volvía loco y necesitaba tenerla, pero ella se volvió a resistir y además intentó escapar para contar lo que estaba pasando, me obligó a callarla, no podía hundirme la vida, por eso la golpeé hasta que cayó al suelo y allí apreté con mis manos su lindo cuello hasta que dejó de moverse, la metí en mi coche y le enterré entre los dos arboles que hay detrás de la cabaña, siempre ha estado ahí y nadie, nadie lo supo ver.
- Ahora vuelve a poner el coche en marcha y cuando yo te diga dirígete al precipicio y no frenes o será peor.
-¿Y tu?
Yo saltaré antes de que el coche caiga no pensarás que tengo ganas de morir.
Justo antes de llegar al precipicio Brenda se echó encima de David y le gritó a Kelly, ¡salta cariño, salta!
Kelly casi por instinto saltó y magullada y llena de polvo pudo contemplar como el coche se despeñaba con Brenda y con David dentro, luego vio un gran resplandor, una explosión y supo que todo había acabado, en ese instante sintió un beso en la frente y entonces no tuvo dudas, era Enma, era su querida hermana, y ya no tuvo miedo.




                    


















jueves, 24 de julio de 2014

No se puede escapar del Destino.

Se acercó a su cuerpo mientras la acariciaba lentamente con la mirada, cuando llegó a su altura le acarició la mejilla y dejó que sus dedos dibujaran sus labios rojos mientras ella cerraba los ojos y dejaba escapar un suspiro.
La besó dulcemente, y lamió su cuello, su barbilla....Ella se abandonó al placer que le producía el roce de su piel, el calor de su aliento, y dejó que la desnudara en silencio mientras ella hacía lo mismo.
La cogió en brazos y sin dejar de besarla y susurrarle palabras de amor la dejó encima de la cama, y se tumbó a su lado.
Después de los arrumacos y caricias llegaron a fundirse en un largo e intenso abrazo que culminó uniéndolos hasta que ambos se dejaron llevar por un placer que rayaba la locura,  exhaustos se quedaron dormidos uno en brazos del otro.
Alyssa despertó sobresaltada, miró el reloj y a Malcom, lo besó dulcemente y se levantó despacio para no despertarlo, entró en la ducha y cuando salió ya vestida dispuesta a marcharse, Malcom la miraba sentado en la cama.
-¿No puedes quedarte un poco más?
-Ya sabes que no, hoy tengo una cena en casa de mis suegros.
Alyssa tenemos que hablar, esta situación es insoportable cada día me cuesta más trabajo separarme de ti, no puedo seguir admitiendo tenerte solo a medias, te necesito en mi vida a tiempo completo.
Malcom, ya lo hemos hablado ahora no es buen momento para pedirle el divorcio a Michael, las cosas no le van demasiado bien y se hundiría si lo dejo, sólo te pido que esperes un poco más, y todo será maravilloso te lo prometo.
Alyssa lo he pensado mucho y desde que nos conocimos hace ya un año he vivido con miedo esta relación, te amo, lo sabes desde siempre y eres lo mejor que me ha ocurrido en la vida pero esta situación me desespera, necesito decir a los cuatro vientos lo que siento por ti que conozcas a mi familia, el lugar donde nací, a mis amigos y esta clandestinidad nos prohíbe todo eso, y no creo estar dispuesto a seguir sacrificandolo todo por unas horas a la semana.
Por eso te pido que lo reflexiones este fin de semana y el lunes si estás dispuesta a dar este paso te espero aquí a las cinco. Si no vienes sabré que todo ha terminado.
Alyssa lo besó en los labios y salió cerrando la puerta.
Se subió al coche y mientras se marchaba pudo ver por el espejo retrovisor como Malcom la miraba desde el porche.
Encendió la radio y se dispuso a escuchar música y relajarse hasta llegar a casa, luego tendría el tiempo justo para ducharse y vestirse para la fiesta.
Eran las ocho y media cuando entró en la casa de sus suegros, la recibieron nerviosos y notó que su suegra había llorado.
-¿Qué pasa Rosmary y Michael aún no ha llegado?
Fue su suegro Sam quien le respondió:
-Siéntate cariño tenemos que decirte algo.
Su cuerpo se tensó como la cuerda de un violín y antes de que Sam le relatara lo ocurrido ella intuyó que lo que iba a contarle le cambiaría la vida para siempre.
Sam le comunicó que la policía del condado acababa de llamar, Michael había tenido un accidente cuando se dirigía a la fiesta, ahora mismo lo estaban operando y la esperaban para marcharse al hospital.
Alyssa notó como la habitación empezaba a darle vueltas y cuando despertó estaba camino al hospital en el coche de sus suegros, antes de llegar se recompuso y le preguntó a su suegra que se sabía sobre el estado de Michael.
-Poco, cariño solo que lo está operando el doctor Novo , amigo de Michael desde el instituto y que casualmente estaba en emergencias cuando entró.
Cuando llegaron esperaron en la sala de espera noticias que fueran alentadoras, mientras los remordimientos ocupaban los pensamientos de Alyssa, no podría soportar que le pasara algo, necesitaba saber que Michael se pondría bien y que todo volvería a ser normal, pero cuando vio el semblante serio del doctor Novo, supo que lo que iba a contarles no era bueno.
Hola señor y señora Morgan, hola Alyssa, tengo que decirles que Michael ha salido de la operación y que está estabilizado, pero tendrán que pasar unos días para saber el alcance de sus heridas, necesitamos hacerle algunas pruebas pero lo principal es que ahora está estable, su recuperación será lenta pero le hemos podido salvar la vida.
Alyssa se derrumbó, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas sin poder detenerse y de nuevo notó que el suelo se movía bajo sus pies, cuando despertó estaba en una camilla y una enfermera le estaba extrayendo sangre.
- No se preocupe está bien atendida, ha sufrido un desmayo pero seguro que no será nada grave, en unas horas tendremos los resultados y saldremos de dudas, mientras quédese tranquila, el doctor pasará ahora a verla.
La enfermera se marchó y al cabo de un rato entró un doctor de mediana edad, alto, de piel bronceada y gran sonrisa.
- Hola buenas noches, soy el doctor Graham, ¿cómo se encuentra?
- No demasiado bien, además del mareo, también tengo unas náuseas terribles.
- No se preocupe salvo que los análisis revelen otra cosa, es lo normal en su estado.
¿En mi estado, a qué se refiere doctor?
Tengo que comunicarle que se encuentra embarazada de unas seis semanas, pero según parece todo está bien.
¿Embarazada?, no puede ser, tiene que haber un error.
Siento la sorpresa pero le puedo asegurar que no existe ningún error. Por el momento debo marcharme, si necesita algo pídalo a la enfermera.
-Perdone doctor, no se si estará al corriente, pero necesito salir de aquí lo antes posible, mi marido acaba de tener un accidente y lo han operado, tengo que estar a su lado.
-No se preocupe en un par de horas si no se produce nada nuevo podrá irse a casa o a donde quiera.
-Por favor doctor, también quería pedirle discreción absoluta, no creo que sea el momento adecuado para dar la noticia, no hasta que sepa que mi marido se va a poner bien.
-No se preocupe yo no diré nada si usted no quiere.
-Se lo agradezco doctor.
Al fin puedo salir del hospital, necesito ir a casa darme una ducha, cambiarme de ropa y volver al hospital para hablar con los médicos, se lo he comentado a mis suegros y han decidido quedarse hasta que vuelva.
Ya estoy de vuelta y me dirijo al despacho del doctor Novo, cuando me invita a entrar está hablando por teléfono y con la cabeza me indica que tome asiento.
Espero paciente a que termine su conversación y es entonces cuando se dirige a mi y con voz susurrante me dice que me prepare para lo peor, Michael se encuentra estable pero muy mal, sus heridas son muy graves y el golpe a dañado su médula, si se recupera no podrá volver a caminar en mucho tiempo.
Mi corazón se acelera y mi cabeza parece que va a estallar, ¿cómo es posible que nos esté sucediendo esto a nosotros, como puede un accidente cambiar toda nuestra vida? y aunque suene egoísta ¿qué va a pasar con mi relación con Malcom, con nuestro bebé?
No podré decírselo, no sería justo para nadie, tengo que alejarme de él y centrarme en la recuperación de Michael, eso es lo correcto y siempre he hecho lo que se esperaba de mí, no podría hacer otra cosa aunque mi corazón se muera por distanciarme de Malcom, por renunciar a él, a su alegría, a su pasión, su complicidad, su visión del mundo y de la vida.
Las semanas empiezan a correr sin pausa, ya hace ocho desde que ocurrió el accidente, Michael salió del coma hace quince días y ahora está intentando recordar y sobre todo asumir que no podrá volver a caminar durante mucho tiempo, algo que le está superando, siente una frustración y una impotencia que hace que me grite, que me rechace cuando le digo que estoy a su lado que saldremos de esta, pero él no quiere luchar, sólo llora y culpa al mundo de lo que le pasa e incluso a mí.
Desde que ocurrió el accidente no he vuelto a saber nada de Malcom, sólo por una amiga en común supe que se había marchado de la ciudad, cuando no acudí a nuestra cita al lunes siguiente, creyó que volvía con mi marido y que lo dejaba a él, nadie le contó lo del accidente, ni siquiera yo, así ha sido más fácil, si lo hubiera tenido cerca quizás algunos de los días en los que salía llorando y derrotada del hospital lo hubiera buscado para que me calmase, le habría dicho que estaba embarazada y que posiblemente fuese su hijo, le hubiese dejado que me acunara en sus fuertes brazos y me sentiría de nuevo una mujer amada.
Pero no puedo aunque quiera, mi conciencia me obliga a mantenerme al lado de Michael e intentar hacerle la vida más fácil.
Los meses pasan lentos y la recuperación es dura y dolorosa, Michael se ha vuelto conmigo un ser gris y amargado que me culpa de su accidente y que no tiene ningún interés por mí ni por el hijo que espero, es como si no lo quisiera, como si tuviera celos de él, del amor que le profeso sin que aún haya nacido. Pero cuando no sabe que estoy se comporta bien, es todo amabilidad, es conversador ,divertido, hay algo que se me escapa de su comportamiento pero no sé que es.
Hoy hemos tenido revisión con el fisioterapeuta que lo asiste y le ha dado muchas esperanzas de que pueda volver a andar, si la recuperación sigue así en unos meses lo conseguirá.
Cuando salimos me mira fijamente y cuando espero que  se muestre feliz por la noticia, me dice:
- Vamos a una cafetería, tenemos que hablar y acabar con esta mentira.
Lo miro sorprendida, no entiendo a que se refiere, pero espero a estar en el local para volver a abrir la boca.
- ¿Qué pasa Michael, a qué te refieres cuando dices que hay que acabar con esta mentira?
- ¿No puedo creer que no lo sepas Alyssa, crees que soy tonto?
Ese bastardo que esperas no es mío, yo hace muchos años que sé que soy estéril, y además nuestra relación es un burdo engaño desde hace mucho tiempo, llevo viviendo una vida paralela hace más de dos años con Bárbara mi secretaria y pienso irme a vivir con ella en cuanto me divorcie de ti y me recupere.
- Pero entonces ¿porqué has esperado para decírmelo todo este tiempo?
- Te necesitaba para que me cuidaras, además creo que te merecías un castigo por haberme sido infiel y quererme hacer cargar con un hijo que no era mío.
Las palabras de Michael quebraron el ánimo de Alyssa, había llorado tanto en silencio por tener que separarse de Malcom, por verse atrapada en esa relación que ahora no sabía como reaccionar, por una parte odiaba a Michael por haberla utilizado, pero también sentía que la liberación era superior a la ira, por fin se acabó la farsa, podría criar a su hijo y darle todo el amor del mundo sin la presencia de un ser despreciable como Michael.
A partir de ahora comenzaba su nueva vida, aunque fuera lejos de su amor, un amor al que renunció y al que no podía buscar porque no sabía si lo entendería, si habría rehecho su vida, tendría que seguir adelante sin mirar al pasado.

Le quedaban un par de meses para tener a su bebe y se afanó en buscar un nuevo hogar para los dos, alquiló un apartamento pequeño y después de dar las oportunas explicaciones a sus padres y amigos, volvió a trabajar por su cuenta, todavía era una prestigiosa fotógrafa y muchas publicaciones se rifaban su fotos por su calidad y sello personal.
Era una mañana de otoño cuando un dolor intenso la despertó, se duchó y llamó a su mejor amiga Loren para que la llevara al hospital, todo ocurrió muy rápido y en menos de tres horas, su hija estaba en el mundo. Cuando le vio la carita supo que nunca podría olvidar a Malcom, ya que la niña era su vivo retrato, tenía el cabello oscuro y unos inmensos ojos negros como los de su padre, incluso sus labios y el hoyuelo de la barbilla, Alyssa la estrechó en sus brazos y las lágrimas rodaron por su rostro.
Su vida se convirtió en una vorágine de noches sin dormir, cambio de pañales y hacer biberones, pero la sonrisa de su hija lo compensaba todo.
Volvió al trabajo cuando Dana tenía tres meses, y fue entonces cuando decidió montar una exposición con las fotografías de bebes que  había hecho en uno de sus reportajes para una revista para mamas primerizas, al principio no sabía si tendría éxito, pero su amiga que era la dueña de una galería la animó cuando comprobó la calidad de las mismas.
La noche de la inauguración, Alyssa disfrutó de sus amigos y sus familiares y fue todo un éxito, vendió varias fotografías y las críticas fueron geniales, allí vio de nuevo a un conocido de Malcom que le comentó que había vuelto a la ciudad a realizar un trabajo que le habían encargado a su estudio de arquitectura, quizás se quedase un par de meses.
El corazón de Alyssa se sobresaltó al saber que su amor se encontraba tan cerca pero rápidamente decidió olvidarlo y retomar su vida.
Aquella mañana abrigó a Dana para llevarla a la guardería, corrió escaleras abajo con ella pues llegaba tarde a una presentación, sentó a su hija en el coche y se dispuso a salir deprisa hacia la guardería, cuando se puso en marcha al girar hacia la derecha, salio un coche de un aparcamiento y colisionó con su vehículo.
-No me lo puedo creer dijo Alyssa muy enfadada mientras se bajaba del coche, parece que hoy no me sale nada bien.
Cuando el otro conductor se bajó de su coche con una sonrisa en los labios, Alyssa se quedó helada al comprobar que era Malcom.
-¡Dios, no puede ser!
Estaba igual, no igual no, más guapo, más encantador.
-Hola Malcom que casualidad, ¿cuándo has vuelto?
-Hace unos meses, pero que bien te veo Alyssa, ¿que es de tu vida?
Me enteré que te habías divorciado, ¿cómo estas?
-Bien, contenta por haber vuelto a trabajar y aprendiendo a vivir de nuevo.
Genial ¿te gustaría que quedáramos para cenar y así solucionamos lo del seguro?
En ese momento un claxon despertó a Dana y se puso a llorar desconsoladamente, Alyssa entró en el coche a calmarla, cuando salió Malcom se había marchado.
Alyssa se quedó helada pero volvió a montarse en su automóvil y se dirigió a su trabajo después de dejar a Dana en la guardería.
Pasó el día distraída y pesarosa, entendía la sorpresa de Malcom al saber que tenía una hija, pero no podía sospechar ni en sus mas terribles pesadillas que su reacción fuera huir, sin siquiera esperar que ella le contara lo ocurrido.
Salió de la oficina mientras una fina llovizna caía cansina por la ciudad, se introdujo en su coche, puso música y recogió a Dana, cuando la vio y le tendió los brazos con una sonrisa comprendió que ella era lo más importante en su vida y si Malcom quería perdérselo era su problema. Dana era su motor, su motivo para sonreír cada día y eso no lo cambiaría nada ni nadie.
Entro en su apartamento, dejó a Dana en la alfombra mientras se cambiaba y se dispuso a calentarle la cena.
Cenaron y después de bañarla y jugar con ella un rato, la llevó a su camita le leyó un cuento y antes de terminarlo comprobó que su hijita se había dormido, la arropó y la besó en la frente, en ese momento se sintió la mujer más dichosa, pero el timbre de la puerta la sacó de sus pensamientos.
Se apresuró a abrir para que el ruido no despertara a su pequeña, y cuando lo hizo su sorpresa fue mayúscula cuando se encontró frente a Malcom que con una sonrisa en los labios y una botella de vino en la mano le dijo:
- ¿Puedo entrar?, me parece que te debo una explicación por lo de esta mañana.
Alyssa se apartó de la puerta para dejarlo pasar y lo acompañó al salón.
Antes de sentarse el le ofreció la botella de vino y le pidió un sacacorchos y dos copas.
Se saludaron como dos viejos amigos, se preguntaron por sus vidas en estos meses y cuando la conversación se volvió relajada Malcom la miró a los ojos y le explicó que aquella mañana se había asustado, nadie le había dicho que tenía una hija, es mas, hacía poco que se había enterado de su divorcio y tenía tantas ganas de volver a verla, que cuando sucedió se quedó sin respuesta al comprobar lo del bebé.
-Lo siento Alyssa me comporté como un idiota, la verdad es que he pensado mucho en ti, en nosotros en los que teníamos, no he podido olvidarte, y cada día que pasa estoy más convencido de que nos merecemos una nueva oportunidad, ¿tú que sientes?
-Oh! Malcom, no sabes cuanto he soñado con este momento, en mis noches de soledad hasta que nació Dana pensé en buscarte, en llamarte y explicarte lo ocurrido, pero no lo hice por miedo a que tu no quisieras saber nada de mí, a que hubieras rehecho tu vida con otra persona,...
-Salí con alguien durante un tiempo, pero no funcionó, te buscaba a ti, tu sonrisa, tu boca, tu cuerpo y terminé dejándola.
Se acercó y la besó con rabia como queriendo recuperar el tiempo perdido, ¡cuanto te he echado de menos!, tu piel , tu olor, te necesitaba a mi lado para sentirme vivo, sin ti sólo vi pasar los días uno tras otro pero no disfruté ninguno.
Ella lo abrazó con fuerza como si pensase que se podía acabar este momento que tanto había recreado en su imaginación durante tanto tiempo, lo acarició, le mordió el cuello, se enredó en su cuerpo y tras besarle apasionadamente le pidió que la hiciera suya, que entrara en su cuerpo de nuevo y que no se marcharse  de allí nunca.
Cuando terminaron sudorosos y felices, Alyssa se levantó se puso la camisa de Malcom y le invitó a seguirla, lo cogió de la mano y entraron en el dormitorio de la pequeña Dana.
-Todavía tengo que decirte algo, y espero que no te enfades, pero cuando Malcom vio el rostro de la pequeña lo supo todo, se arrodilló a su lado y le acarició la carita y el hoyuelo de la barbilla idéntico al suyo, y en ese instante supo que nada ni nadie podría arrancarlo del lado de esa chiquilla y de su mujer. Por fin el destino le había regalado una familia.