jueves, 24 de julio de 2014

No se puede escapar del Destino.

Se acercó a su cuerpo mientras la acariciaba lentamente con la mirada, cuando llegó a su altura le acarició la mejilla y dejó que sus dedos dibujaran sus labios rojos mientras ella cerraba los ojos y dejaba escapar un suspiro.
La besó dulcemente, y lamió su cuello, su barbilla....Ella se abandonó al placer que le producía el roce de su piel, el calor de su aliento, y dejó que la desnudara en silencio mientras ella hacía lo mismo.
La cogió en brazos y sin dejar de besarla y susurrarle palabras de amor la dejó encima de la cama, y se tumbó a su lado.
Después de los arrumacos y caricias llegaron a fundirse en un largo e intenso abrazo que culminó uniéndolos hasta que ambos se dejaron llevar por un placer que rayaba la locura,  exhaustos se quedaron dormidos uno en brazos del otro.
Alyssa despertó sobresaltada, miró el reloj y a Malcom, lo besó dulcemente y se levantó despacio para no despertarlo, entró en la ducha y cuando salió ya vestida dispuesta a marcharse, Malcom la miraba sentado en la cama.
-¿No puedes quedarte un poco más?
-Ya sabes que no, hoy tengo una cena en casa de mis suegros.
Alyssa tenemos que hablar, esta situación es insoportable cada día me cuesta más trabajo separarme de ti, no puedo seguir admitiendo tenerte solo a medias, te necesito en mi vida a tiempo completo.
Malcom, ya lo hemos hablado ahora no es buen momento para pedirle el divorcio a Michael, las cosas no le van demasiado bien y se hundiría si lo dejo, sólo te pido que esperes un poco más, y todo será maravilloso te lo prometo.
Alyssa lo he pensado mucho y desde que nos conocimos hace ya un año he vivido con miedo esta relación, te amo, lo sabes desde siempre y eres lo mejor que me ha ocurrido en la vida pero esta situación me desespera, necesito decir a los cuatro vientos lo que siento por ti que conozcas a mi familia, el lugar donde nací, a mis amigos y esta clandestinidad nos prohíbe todo eso, y no creo estar dispuesto a seguir sacrificandolo todo por unas horas a la semana.
Por eso te pido que lo reflexiones este fin de semana y el lunes si estás dispuesta a dar este paso te espero aquí a las cinco. Si no vienes sabré que todo ha terminado.
Alyssa lo besó en los labios y salió cerrando la puerta.
Se subió al coche y mientras se marchaba pudo ver por el espejo retrovisor como Malcom la miraba desde el porche.
Encendió la radio y se dispuso a escuchar música y relajarse hasta llegar a casa, luego tendría el tiempo justo para ducharse y vestirse para la fiesta.
Eran las ocho y media cuando entró en la casa de sus suegros, la recibieron nerviosos y notó que su suegra había llorado.
-¿Qué pasa Rosmary y Michael aún no ha llegado?
Fue su suegro Sam quien le respondió:
-Siéntate cariño tenemos que decirte algo.
Su cuerpo se tensó como la cuerda de un violín y antes de que Sam le relatara lo ocurrido ella intuyó que lo que iba a contarle le cambiaría la vida para siempre.
Sam le comunicó que la policía del condado acababa de llamar, Michael había tenido un accidente cuando se dirigía a la fiesta, ahora mismo lo estaban operando y la esperaban para marcharse al hospital.
Alyssa notó como la habitación empezaba a darle vueltas y cuando despertó estaba camino al hospital en el coche de sus suegros, antes de llegar se recompuso y le preguntó a su suegra que se sabía sobre el estado de Michael.
-Poco, cariño solo que lo está operando el doctor Novo , amigo de Michael desde el instituto y que casualmente estaba en emergencias cuando entró.
Cuando llegaron esperaron en la sala de espera noticias que fueran alentadoras, mientras los remordimientos ocupaban los pensamientos de Alyssa, no podría soportar que le pasara algo, necesitaba saber que Michael se pondría bien y que todo volvería a ser normal, pero cuando vio el semblante serio del doctor Novo, supo que lo que iba a contarles no era bueno.
Hola señor y señora Morgan, hola Alyssa, tengo que decirles que Michael ha salido de la operación y que está estabilizado, pero tendrán que pasar unos días para saber el alcance de sus heridas, necesitamos hacerle algunas pruebas pero lo principal es que ahora está estable, su recuperación será lenta pero le hemos podido salvar la vida.
Alyssa se derrumbó, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas sin poder detenerse y de nuevo notó que el suelo se movía bajo sus pies, cuando despertó estaba en una camilla y una enfermera le estaba extrayendo sangre.
- No se preocupe está bien atendida, ha sufrido un desmayo pero seguro que no será nada grave, en unas horas tendremos los resultados y saldremos de dudas, mientras quédese tranquila, el doctor pasará ahora a verla.
La enfermera se marchó y al cabo de un rato entró un doctor de mediana edad, alto, de piel bronceada y gran sonrisa.
- Hola buenas noches, soy el doctor Graham, ¿cómo se encuentra?
- No demasiado bien, además del mareo, también tengo unas náuseas terribles.
- No se preocupe salvo que los análisis revelen otra cosa, es lo normal en su estado.
¿En mi estado, a qué se refiere doctor?
Tengo que comunicarle que se encuentra embarazada de unas seis semanas, pero según parece todo está bien.
¿Embarazada?, no puede ser, tiene que haber un error.
Siento la sorpresa pero le puedo asegurar que no existe ningún error. Por el momento debo marcharme, si necesita algo pídalo a la enfermera.
-Perdone doctor, no se si estará al corriente, pero necesito salir de aquí lo antes posible, mi marido acaba de tener un accidente y lo han operado, tengo que estar a su lado.
-No se preocupe en un par de horas si no se produce nada nuevo podrá irse a casa o a donde quiera.
-Por favor doctor, también quería pedirle discreción absoluta, no creo que sea el momento adecuado para dar la noticia, no hasta que sepa que mi marido se va a poner bien.
-No se preocupe yo no diré nada si usted no quiere.
-Se lo agradezco doctor.
Al fin puedo salir del hospital, necesito ir a casa darme una ducha, cambiarme de ropa y volver al hospital para hablar con los médicos, se lo he comentado a mis suegros y han decidido quedarse hasta que vuelva.
Ya estoy de vuelta y me dirijo al despacho del doctor Novo, cuando me invita a entrar está hablando por teléfono y con la cabeza me indica que tome asiento.
Espero paciente a que termine su conversación y es entonces cuando se dirige a mi y con voz susurrante me dice que me prepare para lo peor, Michael se encuentra estable pero muy mal, sus heridas son muy graves y el golpe a dañado su médula, si se recupera no podrá volver a caminar en mucho tiempo.
Mi corazón se acelera y mi cabeza parece que va a estallar, ¿cómo es posible que nos esté sucediendo esto a nosotros, como puede un accidente cambiar toda nuestra vida? y aunque suene egoísta ¿qué va a pasar con mi relación con Malcom, con nuestro bebé?
No podré decírselo, no sería justo para nadie, tengo que alejarme de él y centrarme en la recuperación de Michael, eso es lo correcto y siempre he hecho lo que se esperaba de mí, no podría hacer otra cosa aunque mi corazón se muera por distanciarme de Malcom, por renunciar a él, a su alegría, a su pasión, su complicidad, su visión del mundo y de la vida.
Las semanas empiezan a correr sin pausa, ya hace ocho desde que ocurrió el accidente, Michael salió del coma hace quince días y ahora está intentando recordar y sobre todo asumir que no podrá volver a caminar durante mucho tiempo, algo que le está superando, siente una frustración y una impotencia que hace que me grite, que me rechace cuando le digo que estoy a su lado que saldremos de esta, pero él no quiere luchar, sólo llora y culpa al mundo de lo que le pasa e incluso a mí.
Desde que ocurrió el accidente no he vuelto a saber nada de Malcom, sólo por una amiga en común supe que se había marchado de la ciudad, cuando no acudí a nuestra cita al lunes siguiente, creyó que volvía con mi marido y que lo dejaba a él, nadie le contó lo del accidente, ni siquiera yo, así ha sido más fácil, si lo hubiera tenido cerca quizás algunos de los días en los que salía llorando y derrotada del hospital lo hubiera buscado para que me calmase, le habría dicho que estaba embarazada y que posiblemente fuese su hijo, le hubiese dejado que me acunara en sus fuertes brazos y me sentiría de nuevo una mujer amada.
Pero no puedo aunque quiera, mi conciencia me obliga a mantenerme al lado de Michael e intentar hacerle la vida más fácil.
Los meses pasan lentos y la recuperación es dura y dolorosa, Michael se ha vuelto conmigo un ser gris y amargado que me culpa de su accidente y que no tiene ningún interés por mí ni por el hijo que espero, es como si no lo quisiera, como si tuviera celos de él, del amor que le profeso sin que aún haya nacido. Pero cuando no sabe que estoy se comporta bien, es todo amabilidad, es conversador ,divertido, hay algo que se me escapa de su comportamiento pero no sé que es.
Hoy hemos tenido revisión con el fisioterapeuta que lo asiste y le ha dado muchas esperanzas de que pueda volver a andar, si la recuperación sigue así en unos meses lo conseguirá.
Cuando salimos me mira fijamente y cuando espero que  se muestre feliz por la noticia, me dice:
- Vamos a una cafetería, tenemos que hablar y acabar con esta mentira.
Lo miro sorprendida, no entiendo a que se refiere, pero espero a estar en el local para volver a abrir la boca.
- ¿Qué pasa Michael, a qué te refieres cuando dices que hay que acabar con esta mentira?
- ¿No puedo creer que no lo sepas Alyssa, crees que soy tonto?
Ese bastardo que esperas no es mío, yo hace muchos años que sé que soy estéril, y además nuestra relación es un burdo engaño desde hace mucho tiempo, llevo viviendo una vida paralela hace más de dos años con Bárbara mi secretaria y pienso irme a vivir con ella en cuanto me divorcie de ti y me recupere.
- Pero entonces ¿porqué has esperado para decírmelo todo este tiempo?
- Te necesitaba para que me cuidaras, además creo que te merecías un castigo por haberme sido infiel y quererme hacer cargar con un hijo que no era mío.
Las palabras de Michael quebraron el ánimo de Alyssa, había llorado tanto en silencio por tener que separarse de Malcom, por verse atrapada en esa relación que ahora no sabía como reaccionar, por una parte odiaba a Michael por haberla utilizado, pero también sentía que la liberación era superior a la ira, por fin se acabó la farsa, podría criar a su hijo y darle todo el amor del mundo sin la presencia de un ser despreciable como Michael.
A partir de ahora comenzaba su nueva vida, aunque fuera lejos de su amor, un amor al que renunció y al que no podía buscar porque no sabía si lo entendería, si habría rehecho su vida, tendría que seguir adelante sin mirar al pasado.

Le quedaban un par de meses para tener a su bebe y se afanó en buscar un nuevo hogar para los dos, alquiló un apartamento pequeño y después de dar las oportunas explicaciones a sus padres y amigos, volvió a trabajar por su cuenta, todavía era una prestigiosa fotógrafa y muchas publicaciones se rifaban su fotos por su calidad y sello personal.
Era una mañana de otoño cuando un dolor intenso la despertó, se duchó y llamó a su mejor amiga Loren para que la llevara al hospital, todo ocurrió muy rápido y en menos de tres horas, su hija estaba en el mundo. Cuando le vio la carita supo que nunca podría olvidar a Malcom, ya que la niña era su vivo retrato, tenía el cabello oscuro y unos inmensos ojos negros como los de su padre, incluso sus labios y el hoyuelo de la barbilla, Alyssa la estrechó en sus brazos y las lágrimas rodaron por su rostro.
Su vida se convirtió en una vorágine de noches sin dormir, cambio de pañales y hacer biberones, pero la sonrisa de su hija lo compensaba todo.
Volvió al trabajo cuando Dana tenía tres meses, y fue entonces cuando decidió montar una exposición con las fotografías de bebes que  había hecho en uno de sus reportajes para una revista para mamas primerizas, al principio no sabía si tendría éxito, pero su amiga que era la dueña de una galería la animó cuando comprobó la calidad de las mismas.
La noche de la inauguración, Alyssa disfrutó de sus amigos y sus familiares y fue todo un éxito, vendió varias fotografías y las críticas fueron geniales, allí vio de nuevo a un conocido de Malcom que le comentó que había vuelto a la ciudad a realizar un trabajo que le habían encargado a su estudio de arquitectura, quizás se quedase un par de meses.
El corazón de Alyssa se sobresaltó al saber que su amor se encontraba tan cerca pero rápidamente decidió olvidarlo y retomar su vida.
Aquella mañana abrigó a Dana para llevarla a la guardería, corrió escaleras abajo con ella pues llegaba tarde a una presentación, sentó a su hija en el coche y se dispuso a salir deprisa hacia la guardería, cuando se puso en marcha al girar hacia la derecha, salio un coche de un aparcamiento y colisionó con su vehículo.
-No me lo puedo creer dijo Alyssa muy enfadada mientras se bajaba del coche, parece que hoy no me sale nada bien.
Cuando el otro conductor se bajó de su coche con una sonrisa en los labios, Alyssa se quedó helada al comprobar que era Malcom.
-¡Dios, no puede ser!
Estaba igual, no igual no, más guapo, más encantador.
-Hola Malcom que casualidad, ¿cuándo has vuelto?
-Hace unos meses, pero que bien te veo Alyssa, ¿que es de tu vida?
Me enteré que te habías divorciado, ¿cómo estas?
-Bien, contenta por haber vuelto a trabajar y aprendiendo a vivir de nuevo.
Genial ¿te gustaría que quedáramos para cenar y así solucionamos lo del seguro?
En ese momento un claxon despertó a Dana y se puso a llorar desconsoladamente, Alyssa entró en el coche a calmarla, cuando salió Malcom se había marchado.
Alyssa se quedó helada pero volvió a montarse en su automóvil y se dirigió a su trabajo después de dejar a Dana en la guardería.
Pasó el día distraída y pesarosa, entendía la sorpresa de Malcom al saber que tenía una hija, pero no podía sospechar ni en sus mas terribles pesadillas que su reacción fuera huir, sin siquiera esperar que ella le contara lo ocurrido.
Salió de la oficina mientras una fina llovizna caía cansina por la ciudad, se introdujo en su coche, puso música y recogió a Dana, cuando la vio y le tendió los brazos con una sonrisa comprendió que ella era lo más importante en su vida y si Malcom quería perdérselo era su problema. Dana era su motor, su motivo para sonreír cada día y eso no lo cambiaría nada ni nadie.
Entro en su apartamento, dejó a Dana en la alfombra mientras se cambiaba y se dispuso a calentarle la cena.
Cenaron y después de bañarla y jugar con ella un rato, la llevó a su camita le leyó un cuento y antes de terminarlo comprobó que su hijita se había dormido, la arropó y la besó en la frente, en ese momento se sintió la mujer más dichosa, pero el timbre de la puerta la sacó de sus pensamientos.
Se apresuró a abrir para que el ruido no despertara a su pequeña, y cuando lo hizo su sorpresa fue mayúscula cuando se encontró frente a Malcom que con una sonrisa en los labios y una botella de vino en la mano le dijo:
- ¿Puedo entrar?, me parece que te debo una explicación por lo de esta mañana.
Alyssa se apartó de la puerta para dejarlo pasar y lo acompañó al salón.
Antes de sentarse el le ofreció la botella de vino y le pidió un sacacorchos y dos copas.
Se saludaron como dos viejos amigos, se preguntaron por sus vidas en estos meses y cuando la conversación se volvió relajada Malcom la miró a los ojos y le explicó que aquella mañana se había asustado, nadie le había dicho que tenía una hija, es mas, hacía poco que se había enterado de su divorcio y tenía tantas ganas de volver a verla, que cuando sucedió se quedó sin respuesta al comprobar lo del bebé.
-Lo siento Alyssa me comporté como un idiota, la verdad es que he pensado mucho en ti, en nosotros en los que teníamos, no he podido olvidarte, y cada día que pasa estoy más convencido de que nos merecemos una nueva oportunidad, ¿tú que sientes?
-Oh! Malcom, no sabes cuanto he soñado con este momento, en mis noches de soledad hasta que nació Dana pensé en buscarte, en llamarte y explicarte lo ocurrido, pero no lo hice por miedo a que tu no quisieras saber nada de mí, a que hubieras rehecho tu vida con otra persona,...
-Salí con alguien durante un tiempo, pero no funcionó, te buscaba a ti, tu sonrisa, tu boca, tu cuerpo y terminé dejándola.
Se acercó y la besó con rabia como queriendo recuperar el tiempo perdido, ¡cuanto te he echado de menos!, tu piel , tu olor, te necesitaba a mi lado para sentirme vivo, sin ti sólo vi pasar los días uno tras otro pero no disfruté ninguno.
Ella lo abrazó con fuerza como si pensase que se podía acabar este momento que tanto había recreado en su imaginación durante tanto tiempo, lo acarició, le mordió el cuello, se enredó en su cuerpo y tras besarle apasionadamente le pidió que la hiciera suya, que entrara en su cuerpo de nuevo y que no se marcharse  de allí nunca.
Cuando terminaron sudorosos y felices, Alyssa se levantó se puso la camisa de Malcom y le invitó a seguirla, lo cogió de la mano y entraron en el dormitorio de la pequeña Dana.
-Todavía tengo que decirte algo, y espero que no te enfades, pero cuando Malcom vio el rostro de la pequeña lo supo todo, se arrodilló a su lado y le acarició la carita y el hoyuelo de la barbilla idéntico al suyo, y en ese instante supo que nada ni nadie podría arrancarlo del lado de esa chiquilla y de su mujer. Por fin el destino le había regalado una familia.




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