lunes, 30 de junio de 2014

La trama.

La cabeza le daba vueltas, no se sentía con fuerzas para asimilar todo lo que había ocurrido y decidió recostarse en el sofá, allí los recuerdos se agolparon en su mente, y pugnaron por salir y dar sentido a todo lo sucedido.
Hasta hace unos meses, su rutina giraba entorno a su trabajo, su novio, sus fiestas  y poco más.
Pero todo cambió una noche del mes de octubre, salía del trabajo derrotada después de una jornada especialmente dura, los planes de previsiones de la última campaña no terminaban de ajustarse y el cliente la llamó furioso, quería que se cumplieran los plazos y no estaba dispuesto a desembolsar ni un dólar más en la propuesta, cuando terminó de hablar con él lo había convencido de que todo se arreglaría que confiase en su equipo y en su profesionalidad, su campaña tendría prioridad absoluta.
Guardó el teléfono en el bolso y se dirigió con paso rápido hacia donde tenía estacionado el coche, fue entonces cuando escuchó una discusión entre un hombre y una mujer, él le estaba reprochando que lo hubiese engañado, que se hubiera vendido por unos miles de dólares cuando él se lo había entregado todo, la mujer rubia lloraba apoyada en la pared y de pronto sacó un arma del bolso y diciéndole lo siento, le disparó dos tiros  a bocajarro.....
Mariam solo pudo esconderse en las sombras del callejón y ver como la desconocida huía del lugar dejando el cuerpo sin vida tirado en el suelo, dominó su miedo inicial y se fue acercando poco a poco al individuo que yacía con un tiro en el pecho sobre un gran charco de sangre, se agachó para comprobar si seguía con vida, y entonces, él la agarró de la mano y le susurró un nombre y unos números, a la vez que le daba un pendrive y le pedía que tuviera cuidado y no se fiara de nadie.
Cuando logró zafarse del hombre que agonizaba, dudó en quedarse o llamar a emergencias y marcharse, lo único que necesitaba para terminar de arruinar el día era que llegara la policía y la llevaran a comisaria para prestar declaración y verse envuelta en un asunto tan desagradable, además las últimas palabras de la víctima la habían asustado, por lo que decidió  subir a su coche, llamar a emergencias y marcharse de allí lo antes posible.
Cuando llegó a su apartamento, se dio cuenta que tenía la mano manchada de sangre, se deslizó hacia el baño y antes de que Paul la viera se lavó y se echó agua en la cara para poder tranquilizarse, no quería tener que darle explicaciones a nadie, y sabía que si lo hacía, él no pararía hasta llevarla a la policía y hacerle cumplir con su deber de ciudadana.
-Hola cariño ¿cómo te fue el día?
-Estresante, estoy agotada, esta campaña me está matando sino fuera por los beneficios que nos va a reportar te digo muy enserio que la dejaría en este mismo instante, el señor Human puede llegar a ser insufrible, pero ya se sabe quien paga siempre tiene la razón.
-No te preocupes todo saldrá bien, siempre lo hace tienes un don para este negocio y los empresarios lo saben por eso confían en ti.
-Gracias amor, voy a darme un baño y ahora vuelvo y hablamos de tu libro ¿de acuerdo?
-Mientras iré preparando la cena, ¿Te apetece una ensalada?
-Eso estaría genial, y también una copa de vino blanco si no es mucho pedir.
Dejó a Paul en la cocina y mientras llenaba de agua la bañera, se desvistió, miró su reflejo en el espejo del baño y después de encender unas velas y echar un puñadito de sales, se dispuso a relajarse. Cerró los ojos pero no pudo quitarse de la cabeza la sangre de ese pobre hombre y sobre todo las palabras y los números que le había susurrado y que le martilleaban la cabeza.
- Estación norte-bulevar, 11225566, Estación norte-bulevar, 11225566,Estación norte-bulevar, 11225566,Estación norte-bulevar, 11225566.....
¡Qué demonios! tengo que relajarme o Paul notará que me pasa algo además sólo tengo que deshacerme del pendrive y todo habrá acabado, no tengo porque complicarme mirando que hay en él.
Se envolvió en un albornoz, se secó y se vistió con una camiseta y un pantalón de chándal y fue a la cocina donde la esperaba él con la mesa puesta y una copa de vino en la mano.
Disfrutaron del vino y de la cena mientras conversaban y Paul la ponía al día sobre los avances en su libro.
La trama estaba ya decidida iba a ser una novela de espías, con una narrativa ágil y fresca para que enganchara al público.
Terminaron la velada entre besos y caricias y cuando Paul estuvo dormido Mariam no pudo dejar de levantarse, encender su portátil y ver lo que encerraba el dichoso pendrive, no daba crédito a lo que veía, alguien llamado Robert Schuman acusaba en un vídeo al gobierno americano de estar involucrado en un próximo atentado contra varios presidentes iberoamericanos, si aquello se llegaba a saber se desataría una guerra sin precedentes, y guardaba las pruebas en un lugar seguro dispuestas para desvelarlas a la prensa extranjera.
Según dedujo Schuman era el hombre que asesinaron en el callejón, buscó su nombre en Internet y supo que era un  miembro relevante del FBI, y en una de las fotos aparecía con la mujer que vio en el callejón y que le disparó, era una colega de relaciones internacionales llamada Helem Marsals con una dilatada carrera diplomática y con relaciones muy importantes tanto en el gobierno como con varias embajadas extranjeras donde estuvo trabajando.
Se acostó y el sueño terminó venciéndola, cuando se levantó Paul ya había preparado el café, se duchó se vistió y salió corriendo a la oficina., antes de entrar compró el periódico y ante su sorpresa no salía ninguna noticia sobre el asesinato de la noche anterior.
Estuvo toda la mañana distraída, y cuando salía a almorzar, alguien la llamó a su móvil.
-¿Señorita Graham? ¿Es usted?
Sí dígame, ¿con quién hablo?
-Mi nombre no importa por el momento, pero busco algo que usted tiene, alguien le entregó algo en un callejón cerca de la sexta avenida, usted pasó por allí cuando no debía y necesito que me lo entregue.
-¿y si me niego?
-Yo que usted no me negaría, porque sino estaría metida en un gran problema, un problema muy feo, y no pagaría las consecuencias solo usted, sino también ese novio escritor que tiene y con el que que vive en la calle Charleston 132.
-Ahora hágame caso, la espero esta noche en el aparcamiento del hotel Victoria en la esquina de la tercera avenida con Luwing a las ocho y venga con lo que se llevó.
-Por cierto no comente esto con nadie o lo pondrá en peligro.
Mariam pasó el día nerviosa, llamó a Paul para decirle que se retrasaría que tenía una cena con unos clientes de última hora y que no la esperara despierto.
Paul le preguntó:
-¿Te pasa algo cariño? ¿Te noto preocupada?
-Oh no es nada el trabajo que se me está acumulando y a veces creo que no llegaré a tiempo, pero eso es todo te lo aseguro.
De acuerdo, te esperaré despierto, de todas formas tengo que seguir trabajando, creo que el argumento de la novela va por buen camino, no puedo dejarla ahora.
-Como tu veas, hasta luego.
Llego al aparcamiento con diez minutos de antelación, y al cabo de un rato un coche negro con los cristales tintados aparcó a su lado. Del asiento del conductor se bajó un hombre con cara de pocos amigos, con unas gafas oscuras y una gorra, ella le tendió en pendrive y el le dijo:
-Ahora será mejor que olvide todo esto cuanto antes y vuelva a su vida.
Ella no pudo respondedle, solo puso el coche en marcha y se alejó. Por el retrovisor vislumbró como el chófer abría la puerta y le daba el pen a alguien que había en la parte trasera del automóvil.
Llegó al apartamento antes de lo que pensaba y lo encontró vacío, se preparó una copa de vino y llamó a Paul por teléfono, saltó el contestador.
Mientras saboreaba el dulzor del vino, pensó si sería buena idea contactar con Susan, creyó recordar que su hermano estaba trabajando en el FBI quizás pudiera hablar con el, siempre lo consideró un buen chico, formal y muy discreto.
Sin darse cuenta se quedó dormida en el sofá y cuando Paul llegó eran casi las dos de la madrugada, la pasó a la cama y no hablaron hasta la mañana siguiente.
-¿Dónde fuiste ayer?
- Me llamó Ian a última hora tenía que hablar conmigo de la novela, necesita que la entregue para Navidad.
- ¿cómo va, has adelantado mucho?
-¿cuándo me vas a dejar leerla?
- pronto no te preocupes seguro que pronto podrás leerla y comentar que te parece.
Los días empezaron a transcurrir monótonos, hasta que una mañana notó que un hombre la seguía, desde ese momento estuvo más atenta y descubrió que alguien se había tomado la molestia de espiarla y seguirla allá donde iba, tendría que averiguar quién y porqué.
Pidió un café largo en la cafetería donde iba todos los días, y al salir tropezó con un hombre vestido con un traje negro y gafas negras,de impresionante altura, casi le tira el vaso, pero en el último minuto el extraño lo cogió al vuelo y pidiéndole disculpas se lo devolvió.
Salio a la calle decidida a comprar el periódico y sentarse en un banco a tomarse el café, eso era lo ultimo que recordaba, ahora se encontraba en una habitación lúgubre como en su sótano, tumbada en una cama y con un dolor de cabeza terrible.
-¿Pero que demonios ha pasado?
-¿Quién la había llevado allí?
No recordaba nada solo que empezó a encontrarse mal mientras estaba leyendo el periódico y nada más luego la oscuridad más absoluta.
-Desesperada empezó a gritar:
-¡Sáqueme de aquí! ¿Alguien puede oírme?
¡Socorro necesito ayuda!
En un instante un rayo de luz se coló por la puerta que empezó a entreabrirse y un hombre con una mascara entró. Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando el individuo se acercó a ella y sin mediar palabra la abofeteó, cuando se recuperó del impacto entre aturdida y dolorida, notó el sabor de la sangre en sus labios y oyó la voz del secuestrador que la amenazaba con matarla si volvía a gritar.
-¿Qué quiere de mí?¿qué se propone?
- Ya lo irá averiguando querida disponemos de mucho tiempo, así que acomódese cuanto antes a su nuevo hogar y relájese se lo digo por su bien.
El sujeto salió de la habitación dejando una bandeja con comida y agua y se volvió a quedar sola en aquel tétrico lugar mientras su cabeza no dejaba de dar vueltas e intentaba encontrar un motivo para haber llegado a esta situación.
-¿A quién habría enfadado tanto para que la secuestrara?
Seguro que todo estaría relacionado con el maldito pendrive,pero no podía entenderlo, ella no le había contado nada a nadie, y lo había devuelto cuando se lo pidieron ¿porqué entonces se encontraba en este lugar?
Pensó en Paul, el se preocuparía cuando viera que no llegaba a casa y daría la voz de alarma, seguro que pronto la encontrarían mientras debía ser astuta y no enfadar a su secuestrador, e intentar conseguir la máxima información posible para poder identificarlo.
Pero los días empezaron a pasar y nadie venía a buscarla, primero pasó por un estado de conformismo y apatía, se negaba a comer y lloraba continuamente, y más tarde decidió que no podía abandonarse, debía luchar por estar lo más ágil posible para intentar escapar en cuanto tuviera ocasión, de todas formas su secuestrador no había vuelto a pegarle y si hubiera querido matarla ya lo habría hecho así que tenía que empezar a pensar con inteligencia y urdir un plan para escapar de ese encierro.
Empezó a estar atenta a los sonidos, apuntó mentalmente los horarios en que el hombre le llevaba la comida, sus rutinas y si habría algo que pudiera ayudarla a escapar.
Con los muelles del colchón, hizo una especie de pincho, y planeó el día que huiría, por lo que averiguó estaban en Navidad y a su vigilante parecía fastidiarle tener que pasar esas fechas allí, notó como se descuidaba en algunas de las rutinas diarias y una mañana cuando entró lo apuñaló con todas sus fuerzas y dejándolo allí tirado corrió hacia la salida.
Cuando estuvo en la calle paró un taxi y le pidió que la llevara a la comisaría más cercana, también le preguntó al taxista donde ese encontraban y este la informó que estaba en un barrio no muy recomendable de Nueva York.
Llegó a la comisaría y tras pagarle al taxista se dispuso a entrar, un inspector muy amable la atendió y la llevó a una habitación para tomarle declaración, por él inspector Connor supo que llevaba secuestrada dos meses y que su novio Paul había denunciado su desaparición a la semana de ocurrir.
Ella se quedó extrañada, pero no dijo nada, también le dijo que lo habían seguido porque lo consideraban sospechoso pero que no encontraron pruebas que lo incriminasen, mas allá de reunirse con su hermano, un chico con problemas que acababa de salir de un reformatorio, pero su seguimiento no produjo resultados, en todo este tiempo se había dedicado a escribir y hacía unas dos semanas que se publicó su libro y estaba siendo un éxito de ventas por lo que había oído.
Un coche patrulla la acompañó a casa y la dejó en el rellano, cuando se hubo marchado dio media vuelta y se dirigió a la estación de metro Norte-Bulevar, aun recordaba aquella combinación y el número de taquilla que había encontrado cuando buscaba información en el pendrive, quizás aquello le diera una pista.
Llegó al sitio exacto y  empezó a introducir los números de la combinación, cuando consiguió abrirla se quedó estupefacta, dentro solo había un libro, un ejemplar que se titulaba "Los ojos a veces mienten" de Paul Shorterm, era la novela de su novio, pero que hacía allí, no lograba entender nada, la cogió y se sentó en uno de los bancos de la estación a ojearla, y se quedó perpleja cuando comprobó que la trama de la novela era lo que a ella le había sucedido desde que vio aquella pareja en el callejón.
¡Dios! ¿cómo pudo ser tan ilusa, cómo no sospechó nada?
Maldito Paul ¿cómo había podido hacerle eso?
Llamó a inspector Connor  y lo puso al tanto de lo que acababa de averiguar.
Aquella misma tarde detuvieron a Paul y a su hermano Michel que fue su guardián durante el secuestro.
Una vez que estuvo en la seguridad de su apartamento, se preparó una copa de vino y lloró amargamente al comprobar  lo que un ser humano es capaz de hacer para encontrar la fama y el reconocimiento, aunque después de todo se felicitó por haber conseguido echar de su vida a un hombre que no la merecía, además el inspector Connor no estaba nada mal y ya la había llamado para invitarla a un café y para hablar.¿Quién podría decir que de todo esto no saldría al final una gran historia ?





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