lunes, 5 de mayo de 2014

La voz de mis reflexiones.

Sensación de días perdidos, palabras ocultas en largos silencios, sentimientos encontrados, así me encuentro ahora a punto de cumplir años y me pregunto:
¿Valió la pena? ¿De verdad me siento realizada como mujer o solo he hecho lo que se esperaba de mí? 
¿He olvidado mis metas, mis ilusiones en pos de las de otros?, las de mis hijos, las de mi pareja, ¿y yo? ¿soy feliz?
Puedo decir que la felicidad absoluta no existe, esta se escapa de nuestras manos mientras la estamos disfrutando porque no somos conscientes de ese estado, de esa alegría, lo asumimos como normal, sin pararnos a pensar en lo extraordinario que es la sonrisa de un hijo, el beso de tu amor, el abrazo de una madre.......
Sólo lo añoramos cuando no lo tenemos, vamos que nos pasamos la vida buscando algo que cuando lo disfrutamos nos pasa inadvertido. Así de incoherentes somos los seres humanos, divinizamos lo artificial y dejamos de  lado lo que nosotros llamamos natural o normal.
Si de algo me ha servido cumplir años, no es para ser más sabia como dicen muchos, sino para tener más claras mis prioridades en la vida, por eso me molesta tanto enfadarme, creo que es una pérdida de tiempo, las cosas que se pueden arreglar se arreglan y las que no, no merece la pena perder el tiempo con ellas, agotan nuestra energía positiva, y nos llevan a un estado de ánimo que nos impide ver más allá de nuestras narices.
He aprendido que quiero rodearme de buena gente, de verdad, de gente con ideales, con valores, no necesito en mi vida alguien que me diga que no puedo, que lo que hago no conduce a nada, que nada va a cambiar, la gente que piensa así, ni es feliz ni deja que los demás lo sean.
Estoy en una etapa vital en la que sólo me asusta el dolor de los míos, de lo demás sé que se puede salir, que se sale, que el cuerpo y la mente están preparados para soportar mucho más de lo que imaginamos, y que en la vida no hay más metas que las que nosotros mismos nos ponemos, por eso yo he decidido no ponerme ninguna, seguir avanzando poco a poco sin dañar a nadie, y haciendo lo que pueda para que las cosas vayan un poquito mejor y mi vida sea más plena, al fin y al cabo si yo estoy bien, podré hacer que otras personas también lo estén, pues somos el reflejo de nuestro yo interior, y si nuestro yo brilla, esa luz iluminara a mas gente.

       

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