viernes, 23 de mayo de 2014

Viaje sin retorno

Aquella lluvia mortecina del mes de abril hacía que Alex estuviera absorto en sus pensamientos y recordara perfectamente su adolescencia, el momento en que descubrió que lo único que le interesaba era desenterrar tesoros, descubrir tumbas escondidas, códigos secretos, papiros y restos de seres que habían vivido hace miles de años. Guardaba en su memoria todos los enfados de su madre pues siempre acababa lleno de tierra y barro en su búsqueda incansable de maravillas ocultas, y la expectación con la que lo escuchaba su padre cuando le relataba las mil y una aventuras que había vivido aquella tarde y que viviría cuando fuera un arqueólogo de renombre. 
Siempre había sabido que quería estudiar y obtuvo unas magníficas calificaciones que hicieron que después de haber terminado la carrera se encontrara en una excavación en Luxor, en concreto en la restauración de la tumba de Djehuty que, junto a Hery, formaban parte del grupo de altos dignatarios de la corte egipcia de Hatshepsut (la única reina-faraón de Egipto con una historia apasionante y que fue encontrada en el Valle de los Leones en el 2004.) era verano y un sol de justicia le hacía sudar copiosamente, pero aún así era feliz, era lo que siempre había deseado y cuando le concedieron esta beca supo que sería el ser más dichoso de la tierra entre restos de vasijas, muros, huesos, ritos funerarios..........
Llevaba allí dos semanas cuando se incorporó al grupo de arqueólogos Megan, una estudiante estadounidense, llamó su atención desde el principio su cuerpo espigado, sus ojos almendrados de color miel y ese pelo rojizo que dejaba escapar algún que otro rizo debajo del sombrero que la protegía del sol, desde luego no pasaba desapercibida. Era guapa y lo sabía pero también era tremendamente inteligente, desde que se instaló en el campamento se preocupó de conocer a la gente y de procurarse aliados entre los trabajadores autóctonos, sabía que en una excavación su ayuda era imprescindible así como su discreción.
Una mañana en la que Alex se encontraba clasificando unos restos encontrados el día anterior, Megan se acercó a el sigilosamente, posó sus labios en su oído y le susurró:
- Deja eso un momento y tómate un café conmigo tengo que comentarte una cosa.
Alex la miró embelesado, dejó su inventario y se fue con ella a por una taza de ese café espeso y fuerte que preparaban allí.
Se sentaron en uno de los bancos de madera que había instalado en una de las carpas que hacía de comedor, alejados de la mirada y de los oídos curiosos.
Ella le habló muy despacio:
- Alex necesito tu ayuda, ayer uno de los trabajadores egipcios me llamó casi al atardecer para enseñarme algo que había encontrado. bajé como tantas veces pero cuando llegamos a la cámara funeraria descubrimos que algo pasaba, todo estaba revuelto y la tapa del sarcófago que había descubierto estaba movida, el egipcio salió corriendo de allí y esta mañana ya no se encontraba en el campamento, seguro que ha huido, ya sabes como es esta gente con las supersticiones.
Bueno lo cierto es que yo le seguí,  pero no pude quedarme sola allí abajo y por eso necesito tu ayuda, para bajar y descubrir que hay de especial en esa cámara.
- ¿Bajarás conmigo?, no quiero advertir al director de la excavación hasta que no hayamos visto nosotros que es lo que se esconde allí, si no ya sabes, se pondrá el marcha el protocolo y no podremos ver ni hacer nada hasta que no haya pasado todo por sus manos y eso no es justo, creo que puede ser un hallazgo importante.
Debemos ser cautelosos, no entres durante el día en esa parte de la excavación, trabaja en otra área y cuando la jornada haya terminado y se retiren a descansar cogeremos unas lámparas y bajaremos a ver tu descubrimiento.
El día pasó lentamente, y ambos contaron los minutos que les faltaban para terminar la jornada y poder dedicarse a explorar la nueva cámara funeraria.
Con la puesta de sol, terminaron y después de asearse y cambiarse de ropa se sentaron con el resto de los compañeros para degustar la cena.
Cuando terminaron se retiraron a sus respectivas tiendas y cuando advirtieron que ya no había movimiento en el campamento, Alex entró en la tienda de Megan.
La encontró tumbada en la cama leyendo, cuando lo vio se levantó se colocó las botas y cogió la lampara que ya tenía preparada.
Salieron sin hacer ruido y se alejaron en dirección a la abertura de la excavación por donde debían entrar, antes de llegar se levantó una suave brisa y los dos miraron hacia el mismo lado pensando que alguien los observaba en la oscuridad, cuando comprobaron que no había nadie, se deslizaron hacia la cámara funeraria con inquietud y sigilo y cuando llegaron a ella la luz de las lámparas iluminó la estancia e hizo que las sombras del sarcófago se reflejara en el techo como un mal augurio.
El sarcófago se encontraba abierto y dentro encontraron una momia que parecía pertenecer a un varón, dentro de la cámara la decoración era suntuosa y en sus paredes se podían contemplar jeroglíficos con el nombre de Senmut, arquitecto real que construyó el templo de la reina Hatshepsut y su supuesto amante y padre de su hija Neferure.
Su amor y su lealtad hacia la primera mujer faraón fue llevada hasta el extremo pues nunca se casó ni tuvo hijos, vivió a la sombra de una gran mujer dedicándose a ensalzar sus virtudes a través del templo que creó para ella.
Alex y Megan miraban extasiados todas las maravillas que allí se acumulaban y mientras se deleitaban con las pinturas y objetos que se encontraban allí, en un rincón de la cámara encontraron una vasija que contenía una especie de medallón con un inscripción que decía:
Mi dueña siempre, mi amor eterno.
Guardaron el medallón para examinarlo más tarde y decidieron entonces salir de allí cuando ambos sintieron una brisa fría que no sabían de donde provenía y que empezó a helarles todo el cuerpo.
Salieron con rapidez y Megan decidió que era mejor ir a su tienda, entonces Alex, la siguió y pronto se encontraron los dos sentados en el jergón mirando entusiasmados el medallón y el dibujo que tenía grabado, un extraño ojo que derramaba un reguero de lágrimas de color negro.
Pasado un rato Alex se retiró a su tienda a descansar, no sin antes llevarse el medallón por petición de Megan.
A la mañana siguiente ella se levantó nerviosa y fue a buscar a su compañero para tomar un café y decidir con él que es lo que iban a hacer con su hallazgo,lo encontró pensativo y meditabundo sentado en una de las mesas del la tienda comedor y se sentó a su lado, el la miró como si no la conociera y al instante la saludó_
- Hola Megan, ¿cómo has pasado la noche? ¿Has podido conciliar el sueño?
Yo no he podido dormir , un malestar y una inquietud extraña no me ha dejado hacerlo, sentía en la oscuridad de la noche como si alguien me vigilara, lo cierto es que seguro que eran imaginaciones mías, pero te aseguro que estoy convencido de que no deberíamos haber cogido el medallón, creo que lo más apropiado es poner en conocimiento de el señor Smith, el hallazgo del sarcófago y del maldito medallón.
Megan lo tranquilizó y se ofreció a guardar ella la joya para poder estudiarla con más serenidad y ya decidirían que hacer pero el se negó y lo guardó envuelto en una fina tela de lino ella lo besó suavemente en los labios y se despidió de él para volver a retomar su trabajo.
No se vieron en todo el día, pero al caer la noche Megan se presentó en la tienda de Alex y ante la sorpresa de este, se plantó delante de él y comenzó a desnudarse despacio mientras él no daba crédito, la actitud de Megan era muy rara, tenía un brillo extraño en la mirada y no abrió la boca en ningún momento sólo lo hizo cuando se acercó a él y le dijo:
-¿No piensas desnudarte?
-Alex sabes que me gustas,¿voy a tener que pedirte que me hagas el amor?
Alex la besó apasionadamente y cuando la tuvo entre sus brazos notó su cuerpo frío como el mármol a pesar de que la noche era calurosa, la acarició lentamente y ella correspondió a sus caricias con avidez, era como si tuviera prisa por culminar, y Alex notó algo extraño en la manera que ella se comportaba, pero decidió dar rienda suelta a su deseo contenido y disfrutó del sexo desenfrenado y sin control que ella le ofrecía de forma generosa.
Cuando terminaron, Megan se vistió y salió de la tienda sin decirle ni siquiera adiós, Alex se quedó pensativo, pero el día había sido agotador y se quedó dormido casi enseguida, de madrugada se despertó con un sudor frío que le bañaba todo el cuerpo y mucha sed, se levantó y bebió agua de su cantimplora y antes de que pudiera volver a su cama cayó desplomado al suelo.
A la mañana siguiente lo encontraron sin vida y con una especie de lágrimas negras dibujadas en su espalda, nunca averiguaron como se lo habían hecho.
El médico dictaminó que había sido un ataque al corazón aunque no se explicaba muy bien que lo había causado, era un chico joven y sin problemas de salud aparentes, pero la autopsia tampoco reveló nada sospechoso y así se cerró el expediente de su muerte, y al cabo de unos días repatriaron su cuerpo a España.
Megan terminó su tiempo en el campamento y volvió a Bostón impresionada por lo ocurrido en Luxor pero dispuesta a retomar su vida e intentar olvidar lo ocurrido con Alex.
Pasaron los meses y empezó a encontrarse mal, acudió a urgencias y cuando el médico le dijo:
- No tiene de que preocuparse lo que le sucede no es nada grave, no está enferma, está embarazada, ahora vamos a realizarte una ecografía para saber como se encuentra tu bebé
Megan no podía salir de su asombro,¿pero como era posible? no había mantenido relaciones sexuales desde que había vuelto de Egipto y allí sólo fue una noche, no podía ser, ¿qué iba hacer sola y con un hijo? su carrera se paralizaría y  no podría cumplir sus metas, era sin duda algo con lo que no contaba.
El médico le confirmó que se encontraba en la dieciséis semanas de gestación y que el parto se produciría en el mes de mayo, por lo demás todo era normal y esperaba un niño.
Cuando volvió a su apartamento se preparó una taza de café y mientras se tomaba el humeante líquido, pensó que quizás la solución pasase por dar el bebé en adopción al fin y al cabo había muchas parejas dispuestas a adoptar.
El resto del embarazo transcurrió con normalidad y cuando se presentó el parto, Megan ya lo había organizado todo, no conocería a ese niño, el tendría una buena vida y ella podría seguir con su prometedora carrera.
Ella consiguió lo que quería reconocimiento y prestigio, conoció a un catedrático de la universidad y al cabo de dos años se casaron y tuvieron dos hijos, ahora habían pasado casi veinte años y volvía a Egipto con una expedición propia financiada por la universidad donde trabajaba.
Llegaron al campamento y después de instalarse, se dirigió al campo de trabajo para empezar a dirigir las excavaciones.
Los primeros días pasaron sin ningún hallazgo importante pero al cabo de una semana uno de los trabajadores la llamó a voces:
¡Sra Megan! ¡Sra Megan! venga parece que hemos encontrado algo.
Megan se acercó con rapidez y su cara reflejó el miedo que la atenazaba cuando distinguió que lo que habían descubierto era un medallón igual al que habían encontrado Alex y ella hacía mucho tiempo.
Sin dar muchas explicaciones lo entregó al director del museo y cuando terminó su trabajo volvió a su casa e intentó olvidar el medallón maldito.
El tiempo pasó y llegó la Navidad, Alice, volvió de la universidad  y Megan estaba contenta de poder reunir a toda su familia, pero además Alice volvió con una sorpresa, había empezado a salir con un chico y quería que sus padres lo invitaran para celebrar la Navidad con ellos y que lo pudieran conocer, no tenía familia e iba a estar solo.
Megan y Peter lo consultaron y decidieron que sería una buena ocasión para conocer al chico que había enamorado a su niña así que le comunicaron que sí que podría pasar las vacaciones con ellos.
El día de Nochebuena llegó Cameron, era un chico moreno, alto y con algo que hizo que Megan sintiera que lo conocía desde el primer momento en que lo vio, era simpático, extrovertido y educado, en pocos días conquistó a toda la familia.
Pero la noche anterior a la fiesta de Nochevieja Megan descubrió que había algo en él que no terminaba de encajar, era todo tan perfecto que no terminaba de ser real, y todo se confirmó cuando descubrió que el novio de su hija, ajeno a que ella lo escuchaba, hablaba con alguien por teléfono y le decía que todo estaba saliendo perfecto, nadie sospechaba nada y el daría su sorpresa a todos en la fiesta.
Megan se ocultó para que no la viera y cuándo el salio de la casa se dispuso a registrar la habitación donde lo habían alojado para ver si encontraba algo.
Entró con sigilo y después de mirar por los cajones y no encontrar nada, se decidió por mirar en la maleta, allí debajo de varias camisas se encontró un sobre con fotografías de Egipto, de ella y de la expedición con la que estuvo la primera vez en Luxor, después de la conmoción inicial, lo guardó todo y lo dejó como estaba y salió de la habitación y decidio que debía investigar por su cuenta por lo menos por el momento.
Aquella noche durante la cena Megan se dirigió a Cameron y le dijo:
Cameron, ¿como conociste a Alice, no nos habéis contado nada ?
- Fue en una exposición de Egipto en la que aparecías tú mama era una de tus primeras excavaciones, y allí se encontraba él, respondió Alice.
Me llamó la atención su entusiasmo por Egipto e intentó ligar conmigo enseñándome un medallón que dijo que si salia con él , sería mi regalo de pedida, pero bueno aún estoy esperándolo dijo Alice con una sonrisa.
Cameron se mostró incomodo durante toda la cena y en cuanto pudo se retiró argumentando que no se encontraba muy bien.
A media noche Megan no podía dormir y bajó a la cocina a prepararse un vaso de leche, mientras se lo tomaba, su mente no paraba de darle vueltas a todo lo ocurrido, en ese momento oyó un ruido y al volverse se encontró a Cameron frente a ella, siento haberla asustado señora pero no podía dormir y he bajado a por un vaso de agua.
No importa Cameron, siéntate aquí y hablaremos un rato, cuando se acercó a la luz, Megan pudo ver en su brazo tatuado un ojo y unas lágrimas negras, su rostro se demudó y antes de que pudiera reaccionar, una opresión en el pecho la hizo caer al suelo.
Cameron la llamó asustado:
Megan; Megan ¿qué te ocurre?
Pero Megan perdió la consciencia entonces Cameron avisó al resto de la familia y avisaron a emergencias, la trasladaron al Hospital y allí entró en la sala de cuidados intensivos, cuando el médico salió para informar a la familia , les dijo:
- Ha tenido un infarto y se encuentra en estado crítico, prepárense para lo peor.
Nadie podía creer lo ocurrido y cuando por fin Megan mejoró pidió hablar con Cameron a solas:
-¿cómo te encuentras Megan? Menudo susto nos has dado.
Siéntate Cameron, necesito que me expliques algunas cosas.
De acuerdo dime que te preocupa.
He visto tus fotos sobre Egipto de mi primera excavación en Luxor y ese tatuaje tuyo tan particular. ¿quién eres y que quieres de mi familia?
No se preocupe sólo soy el hijo de uno de los becarios que trabajó con usted hace muchos años y al que Alex le dio un medallón antes de morir. Mi padre me contó que usted sabía mas cosas de él que cuando pudiese la buscase y usted me explicaría muchos de esos misterios, pero él falleció hace un año y no he podido encontrarla antes, de todas formas lo de Alice no tiene nada que ver fue pura casualidad y le puedo decir que estoy profundamente enamorado de ella y que no tiene nada que temer.
Megan dejó escapar un suspiro y en un susurro sólo pudo llegar a decirle:
-Deshazte del medallón devuélvelo donde debe estar o tu vida se volverá un infierno y nunca encontraras la paz, y diciendo esto sus ojos se cerraron y murió con una sonrisa serena en su rostro, como si por fin hubiera podido descansar, mientras a lo largo de su mano se dibujaban unas extrañas lágrimas negras............

                         

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