martes, 29 de abril de 2014

Intereses enfrentados.

No podía conciliar el sueño, la tormenta que rugía fuera y el ruido del viento le impedían relajarse, aunque también tenía algo que ver la discusión que había mantenido esa tarde en el trabajo, aún no podía entender como Norma se había comportado así con ella, tan amiga tan atenta siempre, tan solícita, ¿que le habría pasado para dejarla en evidencia delante de Jacques? , es cierto que desde que habían cambiado de jefe, Norma estaba más coqueta, se arreglaba más, tonteaba con él e intentaba quedar bien siempre, incluso se le había insinuado estando ella delante, sin ningún éxito por lo que Barbara había notado, pero eso no era excusa, además ella no había pensado en ningún momento en Jacques como una pareja o alguién con quien ligar, es más creía que no tenían nada en común que si fuera el único chico en la tierra quizás llegase a plantearse su condición sexual.
Por eso no lograba entender la postura de defensa de Norma frente a ella, a no ser que ella supiese algo que ella ignorara. Decidió que era hora de intentar dormir y que mañana en la oficina hablaría con Norma para arreglar este sin sentido.
La noche anterior se transformó en una mañana espléndida con olor a tierra mojada y el sol brillando con fuerza en el cielo, eso le subió el ánimo y después de tomar un café y darse una ducha salió dispuesta a arreglarlo todo y a que fuera un buen día.
Llegó temprano, y sólo Jacques estaba ya en el despacho, Norma no había llegado aún. Se sentó en su mesa de trabajo y se dispuso a repasar su agenda, en ese instante oyó el sonido de unos tacones y al mirar, vio a Norma entrando en la oficina, en ese momento Jacques la llamó para que acudiera a verlo, y cuando lo hizo, la mirada de Norma la taladró, si las miradas matasen, en este preciso instante ella estaría muerta, fulminada.
Entró en el despacho y después de saludar al jefe, este le pidió que se sentara y empezó a explicarle que había pensado en ella para que la acompañara a un congreso de agentes inmobiliarios que se iba a celebrare en Chicago, tenía buenas referencias sobre su trabajo y no quería que nada saliese mal en el encuentro con otros colegas, vendrían delegaciones de otros países dispuestos a invertir en viviendas en la zona y necesitaban causar buena impresión, se marcharían el jueves y estarían allí hasta el domingo.
¿Tiene alguna pregunta señorita Smith?
No ninguna señor Paterson, sólo si ¿está seguro de que soy la persona idónea para acompañarlo? en la empresa hay personal con más experiencia que yo, como la señorita Naver .
Segun sus referencias no creo haberme equivocado así que tranquilícese y prepárese  para que todo esté listo el jueves, nuestro avión sale a las cinco de la tarde, espero que no haya ningún problema para entonces.
Ahora ya puede marcharse y seguir trabajando señorita Smith.
Cuando salió fue directa a la mesa de Norma y le dijo:
Te invito a un café, tengo que comentarte algo.
Ella se levantó de mala gana y ambas se dirigieron a la máquina del café instalada en el pasillo.
Una vez allí, Bárbara le preguntó:
- ¿Se puede saber que te pasa Norma? ¿Creí que eramos amigas?, pero después de lo de ayer no sé que pensar.
- Lo siento Bárbara, tuve un mal día y lo pagué contigo, sé que no es excusa, pero es cierto, te aseguro que no volverá a pasar.
-¿ Por cierto, para qué te quería el guapo del jefe?
-Otra vez estás con eso, pues yo no lo veo tan guapo, pero bueno, lo que quería tiene que ver con el trabajo, tengo que acompañarlo a una Convención que hay en Chicago desde el jueves hasta el domingo, ¿vaya planazo eh?
- ¿No te estarás quejando verdad, pero si eres la envidia de media oficina , me refiero a la formada por el género femenino?
Pues mira que le he hablado de ti y le he dicho que tienes más experiencia que yo, pero no, se ha empeñado en que vaya yo, menudo rollazo me espera.
- Sí ya me contarás,  según dicen es un encanto y además un fiera en la cama.
- ¿Pero tu que te crees que yo voy con idea de tener algo con él?, ¿tú estás loca o no me conoces después de tanto tiempo?, pues sí lo que me faltaba.
Bueno tiempo al tiempo, además no creo que te suponga un trastorno, al fin y al cabo está comprometido y no querrá nada más que pasar un buen rato.
Ya pero falta que quiera yo, y amiga no estoy por la labor, te lo puedo asegurar.
Pues yo si estuviera en tu lugar, te puedo asegurar que aprovecharía la ocasión, porque a nadie le amarga un dulce excepto a ti por lo que veo.
Bueno vamos a dejarnos de charla y empecemos a trabajar sino ni tú ni yo duraremos mucho en esta empresa.
Ambas se dirigieron a sus mesas de trabajo, y después de un rato cada una estaba enfrascada en su actividad diaria, sin tiempo siquiera para mirarse, pero Bárbara presentía la mirada de Norma en su espalda y eso la hacía sentirse incomoda, decidió no hacer caso y seguir con lo suyo, de todas formas ya habían hablado y le había dejado las cosas muy claritas a su amiga, así que era tontería volver al 
mismo tema.
Terminó  la jornada de trabajo, se despidió de sus compañeros y se metió en su coche rumbo a su apartamento, llegó, puso música encendió unas velas y se dispuso a darse un baño relajante.
Cuando salió de la bañera liada en una toalla, se dirigió a a cocina a prepararse una copa de vino y dispuesta a leer la montaña de informes que se había llevado a casa para repasar la reunión con su jefe.
Se dispuso a acomodarse en el sofá cuando vio que la luz de contestador parpadeaba, se levantó fastidiosa, pensando en que sería la pesada de su hermana o de su madre, para ver como le iba el trabajo y si había encontrado novio ya, pero su sorpresa fue mayúscula cuando oyó la voz de su jefe muy enfadado y pidiéndole que se pusiera en contacto con él  lo antes posible, de eso dependía su puesto.
Después de la impresión que le causó el mensaje, decidió llamarlo inmediatamente.
-¿Señor Paterson, acabo de escuchar su mensaje, le importaría decirme que es lo que sucede?
-Por supuesto, alguien ha filtrado la información sobre las propiedades que nuestra empresa tiene a la venta para los inversores extranjeros y eso ha acabado con nuestras posibilidades de sorpresa y por lo tanto de ventaja respecto a nuestros competidores, ¿sabe lo que eso significa?
-Sí por supuesto, ¿pero que tengo yo que ver con todo eso?
- Sólo usted sabía lo de la conferencia, nadie más había sido informado en la oficina así que dígame ¿quién ha podido pasarles la información si yo no he sido?
Bárbara se quedó sin palabras , pero al instante reaccionó y le pidió verlo en persona, tenía que contarle algunas cosas pero debía ser en el despacho.
Se citaron a las nueve en la oficina y a la hora exacta ambos se encontraron, él con cara de pocos amigos, ella con una tristeza enorme reflejada en el rostro.
Hola señor Paterson, aquí estoy para explicarle lo sucedido, le puedo asegurar que yo nunca le pasaría información a ningún inversor sobre nuestros negocios, sería tirar piedras sobre mi tejado, pero no sé porqué parece que hay alguién interesado en que parezca culpable de un delito que no he cometido.
¿Y eso como podría demostrarlo señorita?
Deme veinticuatro horas y le aseguro que buscaré al responsable de este despropósito.
De acuerdo, pero ni una hora más, sino su carta de despido no se hará esperar se lo aseguro.
Cuando salió del despacho una llovizna impertinente empezó a calarle hasta los huesos, subió corriendo a su coche y se dirigió a casa de Norma.
Llegó al edificio de apartamentos donde vivía y subió al encontrar la puerta del portal abierta, en el mismo instante en que iba a tocar al timbre oyó las risas de su amiga y de un hombre, que al principio no reconoció, esperó un momento y distinguió la voz de Peter, su antiguo novio y empleado de la misma empresa donde trabajaba, y ante su asombro los oyó brindar por el golpe de efecto que había causado su plan para echarla de la empresa, sin ella el ascenso de Norma estaba asegurado y la venganza de Peter concluida.
Se marchó con los ojos arrasados en lágrimas y mientras conducía de camino a su casa, fue pensando en la manera de desenmascarar la jugarreta que habían tramado su amiga y su ex, esto no podía quedarse así. 
A la mañana siguiente antes que Norma y Peter llegaran a la oficina habló con el informático y le preguntó si era posible sacar una relación de los email de ambos para saber si eran ellos los que habían difundido la información sobre los inmuebles, Robert le dijo que aquello no era del todo legal, pero que hablaría con el señor Paterson y lo haría.
Con las pruebas en la mano, el señor Paterson llamó al departamento de Recursos Humanos y pidió que despidieran a Norma y a Peter.
El jueves como tenían previsto cogieron el avión a Bostón y después de una cena frugal se despidieron hasta la mañana siguiente.
El día principal de la convención fue agotador, pero consiguieron establecer magníficas relaciones comerciales gracias al don de gentes de Barbara y a su innato olfato para los negocios, cerraron una día brillante, y entonces Jacques la invitó a cenar argumentando que le debía una disculpa. Quedaron a las ocho en el hall del hotel y cuando Jacques vio aparecer a Barbara en un ceñido vestido negro, se quedó sin palabras.
La llevo a un  restaurante encantador, y allí le explicó algo de su vida, era divorciado y tenía una niña de dos años que vivía con su madre en Holanda, por eso cuando le ofrecieron el puesto en la empresa no lo había dudado, necesitaba cambiar su antigua casa llena de recuerdos y empezar de nuevo. Ella le contó que esta comprometida con el trabajo desde que había roto con Peter y lo cierto es que últimamente no había tenido vida social. 
Terminaron la cena y el la invitó a una copa  y a bailar, y ella aceptó encantada.
Mientras bailaba entre sus brazos tuvo que reconocer que era un hombre encantador, nada más lejos de lo que ella se había imaginado.
En ese momento él posó sus labios en su cuello, y ella no pudo reprimir un escalofrío, el la miró y la besó en los labios dulcemente.
Así sin decir nada salieron de la mano del club y se dirigieron al hotel donde estaban hospedados, cuando el fue a dejarla en la puerta de su habitación, ella lo cogió de la mano y lo invitó a pasar, cerraron la puerta y él la estrechó entre sus brazos y la besó apasionadamente, ella le acarició despacio y empezó a desabrocharle la camisa, mientras lo miraba fijamente para recordar esa imagen para siempre.

                          


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