viernes, 7 de febrero de 2014

Recuerdos

Una noche caminando por Madrid, un hombro rozó el mío entre la multitud, su olor me hizo volver al pasado, reconocí al instante su cabello enredado en mis dedos, nuestros cuerpos entrelazados bajo las sábanas, me giré instintivamente y susurré su nombre. Se volvió lentamente y cuando estuvimos frente a frente me perdí de nuevo en la profundidad de sus ojos color avellana. Sonreímos, y nos fundimos en un largo abrazo, hacía más de dos años que no sabía nada de él, desde que se marchó de España.
A mí acudieron mil recuerdos de nuestra vida en común, de su ternura, de su pasión desenfrenada, de las veces que reímos juntos y planeamos un futuro en común.
Me propuso ir a cenar para ponernos al día y acepté encantada.
Empezamos tomándonos una copa , recordando viejos tiempos y contándonos nuestra vida en estos dos años. En un momento dado en mitad de la cena lo llamaron por teléfono y me dejó un instante, entonces recordé porqué acabó lo nuestro, estaba comprometido con su trabajo las 24 horas del día, de todas formas decidí pasar una buena noche recordando viejos tiempos.
Al rato volvió a sentarse a la mesa y volvimos a reír y a brindar por el rencuentro.
Terminamos de cenar, me enlazó por la cintura y caminamos besándonos en cada esquina, llegamos a su apartamento, abrió la puerta, me besó con violencia, agarrándome por la cintura fuertemente, de pronto se paró me miró fijamente y empezó a desnudarme lentamente como si estuviera desenvolviendo un regalo, en ese momento me abandoné a sus caricias, a sus besos, y decidí disfrutar de él y de la noche para recordar algunos momentos.
Cuando me levanté por la mañana después de una noche de sexo inolvidable, lo besé y le deseé suerte, me miró desconcertado y entonces antes de cerrar la puerta, le dije que ya lo llamaría.......


                 
             
                        

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