lunes, 3 de febrero de 2014

Olvidados

La vi una mañana de otoño, con su caminar cansino y desgastado, pretendía olvidarse del mundo o que el mundo la olvidara, quien sabe. Oculta tras ropa harapienta, y un aspecto descuidado, su sonrisa brillaba con luz propia en una cara llena de días vividos, de penas grabadas.
Después de verla durante varios días le ofrecí un café y muy amablemente me lo rechazó. Me dijo que gracias pero que ya había desayunado. A partir de ahí empezamos a saludarnos y poco a poco comencé a conocer su historia, su historia como la de tantos otros,  "olvidados", los que ya dejaron de contar para una sociedad capitalista que solo piensa en consumir y en tener más, que en ser.
Su carácter afable hizo mella en mí y pensé en ayudarla en cuanto pudiera, pero como dice el refrán, "el español piensa bien, pero tarde".
De un día para otro dejé de verla,le perdí el rastro. Nunca llegué a saber que había sido de ella, de su vida, quiero pensar que alguien se movilizó antes que yo y que la ayudó, y hoy vive feliz en otro lado, otro final me resulta muy doloroso, pero lo cierto es que como ella, miles de "olvidados" viven a nuestro lado sin que nos preocupe lo más mínimo, aunque deberíamos tenerlos presentes porque el mundo gira y gira y en una de sus vueltas podemos vernos en su misma situación.





            

No hay comentarios:

Publicar un comentario